Buscamos muchas veces en un lienzo esos detalles y particularidades que nos lleven ante la inspiración o el encuentro con algo que toque la fibra sensible y nos haga ensoñar por un rato. Esa es la gran virtud del arte cuando toca lo que no se puede explicar con palabras.
Ese misterio que buscamos con nuestros ojos y nuestros sentires se encuentra en muchas de las formas de la vida que tenemos alrededor nuestra, como son esas plumas que, cuando se las pasa por la lente de una cámara, pueden dejarnos bien boquiabiertos por sus miles de pequeños detalles en la textura, forma y color.
Esto sucede con la fotografía de Robert Clark que nos devuelve a un mundo en el que la gran cantidad de especie de pájaros llenan las decenas de hojas que conforman su libro Feathers: Displays of Brilliant Plumage.
Una examinación visual fascinante de la multitud de colores y formas que una simple pluma de un pájaro puede poseer. En este libro se entremezclan continuas capturas de varias especies de aves y sus plumas con una descripción de la su funcionalidad y evolución a lo largo de los siglos. Desde la pluma verde que adorna la dorada cabeza de un Quetzal en América del Sur hasta las mismas de un gallo de toda la vida.
El interés de Clark por estos animales es debido a la época de su infancia en la que se pasaba horas observando las aves migratorias en su estado natal, Kansas. La fascinación fue en aumento y empezó la investigación de la teoría de la evolución de Darwin para aprender como las aves fueron parte muy importante para el desarrollo de tan importantes ideas.
Con más de 15 años trabajando para National Geographic, ha resultado en docenas de portadas y numerosos premios por su arte en la fotografía.
Tenéis su Instagram y su web para seguir su impresionante trabajo fotográfico.