No nos vamos a engañar a nosotros mismos, vivimos en un sistema que somos el combustible del que se nutre para seguir perpetuándose. Tal como si estuviéramos en Matrix, hay obras ilustradas que son capaces de mostrarnos esto mismo con un poco que tengamos de entendimiento e intentemos cambiar el punto de encaje con el que comprendemos la vida que nos rodea.
Un sistema que se dibuja en ese mecanismo que se puede activar y desactivar en el protagonista principal de esta obra sirve como esa batería, como esa energía. En un mundo tecnológico el artista, del que desconozco el nombre, nos lleva ante una interconexión con esos cables y aparatos tecnológicos que nos rodean, cada vez más, en nuestras rutinas diarias.
Una ilustración en el blanco y el negro para poner el foco de atención en el único color que sobresale, el rojo. El de la sangre que es la vida que recorre las venas de nuestro cuerpo y la que brinda que podamos tomar conciencia, ser amados o respirar cada uno de esos segundos que se evaporan cuando uno deja este mundo.
Hacia donde nos dirigimos lo desconocemos, pero que somos parte de un sistema conectado a la red y en el que uno puede seguir con esa pastilla azul, en el que la dichosa ignorancia de la ilusión gobierna nuestros pasos, o tomar la roja, aquella que Neo lleva hasta su boca para dejar que otro mundo se abra ante sus ojos, y sus consecuencias inherentes a ello.
Human Resources es una obra que se deja mirar, es rebelde y es sangrante a la vez. Esta realizada desde lo digital con un frío uso de los grises, un poco de negro y mucho blanco, para dejar las gotas de sangre mostrar como el sistema nos agarra hasta que consigue desprendernos de nuestra vitalidad para que lo mustio inunde días, pensamientos y emociones.