Seguro que lo has escuchado más de una vez, y seguro que también lo has visto muchas veces en televisión, vídeo o fotografía. El efecto Moirè se produce cuando percibimos la interferencia de dos rejillas de líneas que están dispuestas en diferentes ángulos o presentan tamaños diferentes. Dicho en otras palabras, se produce cuando dos patrones de líneas o formas distintas se superponen uno sobre otro formando un efecto visual indeseado y que por desgracia es imposible de eliminar. Si en fotografía analógica es quizás menos apreciable, el efecto Moirè es especialmente observable en las fotografías digitales. Esto es debido a la propia naturaleza del sensor de una cámara digital, ya que éste se compone básicamente por una rejilla de pixeles.
Lo podrás comprobar más claramente en la animación de esta página. Lo habrás visto más de una vez en televisión cuando un presentador lleva una traje de pata de gallo o tweed. También se da cuando reproducimos o copiamos una fotografía ya impresa.
El nombre de dicho efecto tiene su origen en el nombre del fotógrafo que lo descubrió, Ernst Moirè, que era de origen suizo. Este no es un fenómeno independiente del tamaño del objeto que lo sufre. Al contrario, está en relación absolutamente directa. Esto quiere decir que una fotografía que muestra moirè reproducida en un monitor con una resolución de 1024 × 768 píxeles puede que no lo muestre si la reducimos un poco y que lo vuelva a mostrar si la seguimos reduciendo. Lo que está claro es que la panatalla de nuestro ordenador o nuestra cámara no es lo suficientemente fiable si nuestro proyecto tiene destino en formato papel. No comprobaremos con exactitud si se halla este error hasta que no lo hayamos imprimido.
Como el moirè es el conflicto que se da entre dos motivos repetitivos, si la relación de tamaño entre esos motivos varía, el moirè aparece o desaparece de forma poco predecible. Esto quiere decir que ante una imagen que podría mostrarlo al ser impresa, la única manera de saber si lo va a sufrir o no es imprimirla al mismo tamaño y lineatura a la que se quiere reproducir. Lo que vemos en el monitor no sirve. Lo que saquemos impreso a una lineatura y tamaño distinto, tampoco. Lo cierto es que las cámaras incorporan el filtro low pass que se encarga de suavizar la imagen, aunque en general suele ser demasiado intrusivo en la mayoría.
El moiré en fotografía es poco común advertirlo, quizás en TV se note un poco más pero el efecto que se diluye por la rapidez de la escena o el televidente no lo advierte absorvido por el argumento.
En cambio en gráfica, es muy notorio por cuanto la imágen con moiré es estática y esta se produce por el incorrecto ángulo de algunos de los colores denominados, «fuertes» (o sucios) como ser el magenta, cyan y negro, el amarillo está excempto por ser un color «limpio y de poca fuerza. A lo que me estoy refiriendo es lo siguiente, en gráfica impresa, (la trama) , el amarillo tiene un ángulo de 90º, el magenta 45º el cyan 75º y el negro 15º estos tres últimos pueden intecambiarse la inclinación de ángulos sin producirse el moiré, en cambio el amarillo puede cambiarse a cualquier ángulo sin producir el citado efecto, a menos que la torre de la impresora se haya utilizado para otro color y no se ha limpiado correctamente, es decir quedó residuos del color anterior y la tinta amarilla se «ensucia» y toma fuerza.
Comentario de Ernesto Ranieri, profesor adjunto de gráfica de OPEN DC y futuro profesor de Fotografía analógica y digital 2D y 3D. .
Saludos