La publicidad siempre ha estado asociada a la manipulación de la información con objetivos comerciales para conseguir una mayor aceptación y éxito entre las masas. En esta industria, se trata de crear necesidades en el consumidor para después saciarlas y esto es toda una estrategia comunicativa. Se trata de potenciar los valores positivos y virtudes de un producto o una marca y minimizar los fallos o defectos del mismo. Esto tiene todo su sentido, pero ¿qué pasaría si por un día pudiésemos encontrar en los eslóganes de nuestras marcas favoritas los inconvenientes de sus productos? ¿Qué efectos tendría en su popularidad y en nuestra decisión de compra? ¡Estos mashups hablan por sí solos!
Esta es la pregunta que se han hecho desde recreo viral y que han respondido a través de unos mashups bastante impactantes con marcas como Netflix, Activia, Crayola, Lego, Monopoly, Linkedin o Victoria’s Secret. Más allá del componente cómico que tienen estas propuestas, también invitan a la reflexión y aprovecho para lanzar una pregunta un tanto polémica: ¿Crees que sería posible hacer publicidad sin recurrir a la manipulación? Yo personalmente, creo que no sería posible. Cualquier acto de comunicación implica una selección de información por lo que la manipulación está implícita en la comunicación y por supuesto aún más dentro de los discursos persuasivos. Si tratamos de convencer al espectador de por qué tiene que unirse a nuestro equipo o por qué tiene que consumir nuestros productos, desde el minuto cero habremos hecho una selección de información que estriba claramente a los valores positivos y a las ventajas (muchas veces relativas) que el potencial consumidor obtendrá con nosotros.
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