Restaurar viejos muebles está más de moda que nunca. Los rastros se llenan de personas en busca de aquella vieja mesa de la abuela que nadie quiere, para darle vida y modernizarla, adaptándola a nuestro tiempo actual. Y es que, la decoración ecléctica, aquella que mezcla elementos de distintas épocas (como vimos en este post anterior) es tendencia.
Aquí aprenderás distintas técnicas de restauración de madera paso a paso, para actualizar esos muebles feos o antiguos que ya no te dicen nada. ¡Vamos allá!
Tratamiento previo del mueble: lijado y uso del decapante
En primer lugar hemos de tratar el mueble mediante una serie de pasos, dejándolo listo para plasmar sobre él toda nuestra creatividad.
Es importante realizar muy bien este tratamiento, pues es el que nos va a garantizar el mejor acabado de nuestro mueble.
Antes que nada, es fundamental ver que el mueble no tenga carcoma (si presenta orificios extraños o suenan ruidos en su interior, es posible que tenga esta termita). Para solucionar el problema basta con aplicar un producto anticarcoma específico.
Normalmente estos muebles antiguos tienen pintura y barniz, elementos que debemos eliminar para aplicar los nuestros. Para ello emplearemos dos técnicas, el lijado y el uso del decapante.
Lijado: podemos usar diferentes lijas para realizar este paso. Si lijamos a mano, va a ser un proceso muy costoso. Para ahorrarnos tiempo y dejar mejor el mueble, es recomendable usar una lijadora de disco. Hay que llevar mucho cuidado, pues podemos deformar el mueble original si nos pasamos. También hemos de lijar en la dirección de las vetas de la madera, para un mejor acabado. Es posible que con este paso sea suficiente, dependiendo de la superficie que estemos tratando. Si no es suficiente (muchas veces quedan recovecos sin poder lijarse), es conveniente el uso del decapante.
Uso del decapante: usamos productos químicos (decapantes) para eliminar la pintura y el barniz del mueble. Es importante utilizar guantes para el uso de estos productos, así como trabajar en un lugar lo suficientemente ventilado. Además podemos añadir una mascarilla y unas gafas de protección que nos evitarán posibles irritaciones. Hay muchos tipos de decapantes. Unos se retiran con agua (hay que llevar cuidado, pues puede hincharse la madera) y otros con lijado (se suele usar una espátula para retirarlos). Una vez aplicados, es vital que no se sequen y retirarlos antes de que esto ocurra (cada decapante tendrá un tiempo de actuación indicado en el envase). Es posible que tengamos que lijar otra vez para eliminar posibles restos.
Relleno de poros o huecos
A continuación, es conveniente usar un tapaporos, para rellenar los huecos de la madera (esto es necesario si tiene poros muy grandes, lo cual dependerá del tipo de madera que tratemos). Se trata de una masa pastosa, que aplicaremos con la ayuda de una brocha y retiraremos utilizando una espátula.
Aplicación de un sellador del tinte
El uso de un sellador del tinte hará que éste se distribuya de forma uniforme por la superficie, cosa que no ocurre con muchos tipos de madera, que absorben mucho el tinte y se quedan muy oscuras. Es conveniente lijar un poco tras su secado, para que la madera quede lo más uniforme posible.
Aplicación del tinte
Ya podemos aplicar el tinte. Hay tintes que se emplean antes del tapaporos, por lo que deberemos leer las instrucciones. El tinte puede ser líquido (cuantas más capas apliquemos más oscuro será el acabado) o tipo gel. También los hay de base aceitosa o acuosa.
Acabado final
Existen diferentes formas de darle el acabado al mueble:
Laca. Debe ser rociada sobre el mueble.
Barniz. También llamado poliuretano, debe aplicarse a finas capas con brocha.
Aceite. Es ideal para poder reparar de forma fácil arañazos futuros, con una simple aplicación. No protege tanto como los otros dos.
Tras esto podemos usar una cera, que le dará más protección a nuestro mueble y un bonito acabado final.
Existen además, diferentes técnicas que puedes usar, distintas al teñido o complementarias: aplicación de calcomanías, uso de decapé…la creatividad en la restauración no tiene límites, ¿qué esperas para empezar?