Bruno Pontiroli imagina un mundo con lógica absurda y paradojas. Así define él mismo su trabajo, proponiendo una nueva versión del mundo, sin categorizarse dentro del Surrealismo o el Dadaísmo. En su última colección, trajo estas ideas a la vida mediante imágenes de animales practicando yoga.
El artista es un soñador, y constantemente imagina una nueva perspectiva de realidad en la que la naturaleza toma formas distintas y divertidas. Su obra combina lo absurdo de su imaginación con una técnica muy limpia y precisa, y una teoría del color muy trabajada.
Bruno usa su gran imaginación a su favor. En este caso, podemos ver la flexibilidad que tienen las vacas en su mundo.
Pero no termina con los animales, en su universo, todo tiene vida; los muñecos de nieve y las nubes tienen estructuras óseas, las sirenas son acompañadas por peces con piernas y otros disparates. Lo improbable cobra sentido, arriba es abajo y todo es posible.
Bruno Pontiroli tiene una imaginación muy viva y se deja llevar por los sueños. Pide que no se tome su obra en serio, y que disfrutemos de ella como si fuéramos niños. Crea poesía visual con sus imágenes surrealistas, y nos anima a imaginar el contexto de sus pinturas para completar la ilusión. Cada persona verá algo diferente, y ahí reside la magia de su arte.
Cuando algo le ronda la cabeza, apunta todas sus ideas y hace bocetos a lápiz o tinta china, para elegir luego las que mejor encajen para hacer una pintura a gran escala. Esta técnica le ayuda a descartar todo aquello que pueda ser redundante y buscar la forma más efectiva de sacudir la realidad que vivimos los demás. Bruno Pontiroli mezcla universos y nos deleita reinventando el significado de las cosas. Su obra, desde luego, no pasa desapercibida.
Podéis seguir a Bruno Pontiroli para ver más de su trabajo en Instagram y en su sitio web.