Cómo ser un pésimo diseñador gráfico: La guía definitiva para arruinarte calamitosamente

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Desde hace algunos meses hemos recibido algunos mensajes privados en Facebook y Twitter haciéndonos la misma pregunta. Hay muchos mitómanos por la red que desean verdaderamente llegar a convertirse en el clásico diseñador gráfico. No es extraño, es una figura que se está perdiendo últimamente con el surgimiento de las redes sociales y todos aquellos promotores de los derechos laborales.

¿Qué ha sido del clásico diseñador arruinado y asfixiado por un sistema que degrada sus condiciones laborales? ¿Dónde han quedado los «no llego a fin de mes» o los «paga tú, yo soy diseñador»? Hoy queremos ayudar desde aquí a todos aquellos que quieren recuperar la identidad del verdadero diseñador y que quieren mantener la vieja costumbre de arruinarse calamitosamente.

Si el diseño es tu vocación ¡Fuera de aquí!

Antes de empezar esta pequeña guía te avisaré de que el diseño gráfico es claramente una profesión vocacional. Esto quiere decir que para que todos los consejos de esta guía funcionen debe cumplirse primero un requisito básico: Dedícate sólo a esta profesión por descarte o en su defecto por las siguientes razones:

  • Estás buscando un trabajo que te permita mantener un dudoso nivel económico de una forma fácil, rápida y sin mucha complicación.
  • Está de moda y además te permitirá trabajar desde casa o mejor aún, desde la cama.
  • No tienes muchas más alternativas y sabes hacer buenas fotos.
  • No quieres madrugar y menos aún dedicar demasiado tiempo a tu trabajo.
  • Cualquier otro motivo que no tenga nada que ver con conceptos como voluntad, pasión o motivación.

Si eres vocacional, no puedo hacer nada por ti, este no es tu artículo. Dicho esto, vamos a empezar. Te garantizo que si aplicas todos estos consejos en menos de un mes te habrás convertido en un diseñador gráfico sin blanca. Es recomendable que los apuntes en alguna hoja y los tengas muy presentes, nunca sabrás cuándo se presentará algún cliente con intenciones de contratarte, ante todo debes ser precavido. Yo lo voy a ser, de hecho  en este artículo no volveré a mencionar a los clientes, por si las moscas.

¿Branding? Tú no lo necesitas a menos que quieras ser un diseñador atractivo

Uno de los errores que cometemos cuando estamos intentando ser el clásico diseñador arruinado es caer en la tentación de crear una marca propia o como lo llaman ahora Personal Branding. Por muy divertido que te pueda parecer crear tu imagen personal, tu propio logotipo o incluso tu blog personal, la verdad es que esto sólo podrá conducirte a destilar profesionalidad y lo que podría ser peor… ganarte la confianza de aquellos de los que no hablamos.

Tu período de formación ha terminado, no necesitas saber nada más

Llega un punto en la vida de todo diseñador en que uno lo sabe todo de esta profesión. Un día te levantas y piensas «ya está, lo sé todo» y ese es un buen día porque en ese momento te das cuenta de que estás preparado para arruinarte. Has caído en la cuenta de que aprender algo nuevo y observar obras ajenas sólo podría inducirte a crear algo innovador. Es muy importante que sepas que creatividad e inspiración no son compatibles con ruina. No lo olvides, tú ya lo sabes todo.

No investigues ni consultes los precios que se mueven en el mercado

Una buena forma de espantar a aquellos de los que no hablamos es fijar precios elevados por un servicio mediocre o pésimo. De esta manera nos aseguramos de que si alguien paga dichas cantidades al recibir nuestro servicio se vaya espantado y no vuelva a aparecer. Incluso si hacemos esto podríamos conseguir crearnos una mala reputación porque seguramente hiciese malas críticas sobre nuestro trabajo e incluso recomendaría a todo el mundo que no contrate nuestros servicios. Si te lo montas bien, puedes hasta conseguir que otros trabajen para ti y de este modo llegues antes a la ruina.

El marketing y (repetimos) el branding no son para ti

¿Qué te pasa? ¿A caso quieres ser reconocido o recibir un flujo constante de trabajo? ¿No quieres eso verdad? Pues ya sabes, procura no ir vendiéndote por ahí. No promociones, no crees ningún portfolio (y si lo creas que sea para mostrar aquellos trabajos menos profesionales, quizá aquellos con los que empezaste a diseñar en la adolescencia y que dan vergüenza ajena). Me hace gracia porque hay mucha gente que me escribe pidiéndome consejos para ser el clásico diseñador arruinado pero sin embargo echo un ojo a su perfil y descubro un página, un perfil en Deviantart, en Dribbble o Behance, un portfolio bastante profesional y no sólo eso… ¡También una página donde ofrecen servicios y además crean ofertas especiales y servicios complementarios! ¿Te lo puedes creer? Es que así no hay manera. No sólo hay que leer estos consejos, hay que ponerlos en práctica… La ruina no llega sola, requiere cierto esfuerzo.

Muy importante: Gasta bastante más de lo que ganas, lo contrario podría derivar en ganancias

No voy a venderte ninguna moto. Hay veces que por mucho que trabajemos, la suerte no está de nuestro lado y acaban apareciendo personas que deciden contratarnos. Hay buenas rachas, eso es todo, no pasa nada, tampoco hay que dramatizar. Pero ante esto, tengo una buena noticia. Puedes continuar siendo un diseñador gráfico arruinado sin importar cuánto sea el dinero que ganes… Hay un error muy común y es que la gente tiende a ahorrar o incluso invertir en material de trabajo… Qué barbaridad, ¿no? Gástalo todo, en cosas que no tengan nada que ver con tu trabajo.

No seas organizado, y mucho menos te fijes un horario laboral

Ya hay demasiados diseñadores que se despiertan religiosamente todos los días y además muy temprano. Madrugan y desde el comienzo del día trabajan en encontrar a aquellos que no nombramos, diseñan sus estrategias de marketing y como te podrás imaginar esto no les da muy buenos resultados.

Si alguien te contrata no le escuches y por supuesto no le des un buen servicio ni cumplas las fechas límite

Lo contrario sólo podría derivar en algo: Fidelidad. La atención al cliente la inventaron aquellos que pretendían establecer lazos sólidos con aquellos de los que no hablamos y peor aún, pretendían vivir dignamente de su trabajo. Espeluznante.

Ofrece tu trabajo GRATIS a tus allegados y vecinos

Casi se me olvida. Seguramente tus amigos de toda la vida sepan a qué te dedicas y están en todo su derecho de exigirte tu trabajo a cambio de unas cervezas o a veces incluso de nada. Procura fichar bien a este tipo de personas y acércate a ellos como quien no quiere la cosa. Sólo debes ser buen observador, a estos tipos se les ve el plumero enseguida. Normalmente suelen prometerte cosas como promocionarte a cambio de desarrollar trabajos de ocho horas, a veces incluso más. No caigas en la tentación, nada de promociones, eso sólo podría confundirte. Si te ofrecen un café o unas tapas puedes aceptarlos pero tampoco abuses, ya sabes que tu verdadero objetivo es arruinarte.


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  1.   Ricardo Martinez dijo

    que bueno está ! jeje

    me fascinó todo !