No solemos hablar o comentar mucho sobre arquitectura, aunque esté muy ligada al arte y lo que significa ser creativo. Hay arquitectos que han sido capaces de idear otras formas fuera de lo más recto y perpendicular, para pasarse más a lo curvo. Solamente hay que darse una vuelta por Barcelona para darse cuenta uno de ello.
Aparte de lo curvo y de lo rectilíneo, también existe un movimiento llamado deconstructivismo que nació a finales de la década de 1980. Se caracteriza por la fragmentación, el proceso de diseño no lineal, el interés por la manipulación de las ideas de la superficie de las estructuras y de la geometría no euclidiana (formas no rectilíneas). Este rascacielos es el máximo ejemplo que se puede tomar para explicar ese movimiento arquitectónico.
Este rascacielos de Tailandia no es a las todas lo llamado como deconstructivismo, pero sí que nos vale para entender mejor ese movimiento arquitectónico. El concepto «De-con» fue una reacción o subversión del modernismo y una oposición al aumento del pos-modernismo.
Estamos ante la torre MahaNakhon en Bangkok, Tailandia. Tiene 313 metros de altura y 77 plantas. Los edificios que suelen caer sobre la categoría del deconstructivismo expresan una apariencia final finalizada que se caracteriza por un caos controlado e impredecible.
Si uno le echara imaginación y se imaginara todo un distrito de una ciudad con edificios como el MahaNakhon, seguramente que podría acercarse más a un espacio enorme relacionado con lo apocalíptico que una ciudad más normal y a la que nos hemos acostumbrado desde que los rascacielos conquistaran los centros urbanos. El único problema que pueden llegar a tener es el gasto extra para limpiar ventanas, aunque los alquileres de algunas de esas oficinas y apartamentos deben de ser estratosféricos.
Un edificio que es cambiar el panorama de una ciudad como es la de Bangkok. Para terminar con la arquitectura, una fusión con la orfebrería.