Aunque no se las ha dejado ver hasta hace relativamente poco, la historia del arte está repleta de grandes mujeres que tuvieron que luchar contra una sociedad dominada por los hombres para hacerse un hueco como artistas. Marcaron un antes y un después tanto en la historia del arte como en la visión social de igualdad entre hombre y mujer.
Si hay alguna pintora famosa en la historia del siglo XX, esa es sin duda Frida Kahlo (1907 – 1954). Nacida en México, se la considera como uno de los iconos principales del arte mexicano. Vamos a ver algunas cosas curiosas sobre su vida.
Su dedicación a la pintura estuvo marcada por un fatal accidente
Pasó la poliomielitis cuando era una niña, lo que hizo que una pierna se le quedara mucho más delgada que otra. Debido a ello, dedicó gran parte del tiempo libre de su infancia al deporte, para tratar de mejorar su condición. Posteriormente, mientras estudiaba en la escuela preparatoria para poder llegar a ser médico, pasaba horas en un taller de grabado e impresión, del cual era dueño un amigo de su padre. Fue allí donde se vio que tenía un talento especial para el arte, al dibujar copias de grabados que llegaban al taller. Su mayor dedicación a la pintura se produjo tras el fatal accidente que marcó su vida: el autobús en el que viajaba fue arrollado por un tranvía, dejando su cuerpo verdaderamente destrozado por muchas partes. Por ello pasó gran parte de su vida encamada y tuvo que someterse a unas 32 operaciones. Ante tanto tiempo sin poder moverse, se dedicó de pleno a la pintura.
Sus cuadros, símbolos feministas
Si algo hay en los cuadros de Frida es una gran sensibilidad, reflejando el profundo sufrimiento por el que pasó. Sus pinturas son, literalmente, su biografía de vida, resaltándose la crueldad, la pena y la realidad. En gran parte de ellas se pinta a sí misma, con la indumentaria indígena típica mexicana. Se considera un símbolo feminista, pues vemos en los retratos a una Frida sin tapujos y que hace lo que quiere, algo poco común en las mujeres de la época. También refleja en muchos cuadros la violencia machista, sirviendo como denuncia. Además, crea su propia marca personal al negarse a depilarse las cejas y el bigote, así como a beber cerveza.
Llegó a ser mito tras aparecer en las primeras fotografías en color
Frida fue fotografiada por el fotógrafo húngaro Nickolas Muray, uno de los primeros en introducir la fotografía en color en Estados Unidos. Su peculiar aspecto físico y sus coloridos vestidos y abalorios, junto con sus geniales obras, hicieron de Frida todo un icono, símbolo de la cultura mexicana.
Ella no consideraba que hiciera obras surrealistas
El surrealismo refleja aquel sueño que se convierte en realidad y está libre de cualquier asociación consciente (tenemos a Dalí como el mejor ejemplo). El expresionismo se caracteriza precisamente por la gran expresividad de los cuadros (como los de Van Gogh que vimos en este post anterior). Los cuadros de Frida Kahlo son considerados como surrealistas con un punto de expresionismo. Obras llenas de metáforas y de elementos del folklore y del arte popular de su país (se trata de elementos de colores muy vibrantes), así como de autorretratos. Muestra muchas imágenes fantásticas mezcladas con la degradación que sufría su cuerpo tras el accidente, lo cual hace que sepamos qué siente la artista al verse a sí misma, al asociar estas imágenes surrealistas. Aunque ella misma decía que sus obras no eran surrealistas, sino que reflejaban la cruel realidad.
Se ha creado gran cantidad de merchandising de ella misma
Pocos son los artistas que han generado tal cantidad de productos comerciales como Frida Kahlo. Todo tipo de productos para el hogar y papelería, ropa y un largo etcétera. Y es que Frida, sigue siendo hoy en día un icono de la lucha feminista.
Frida ha sido y sigue siendo un gran modelo de fortaleza para todo aquel que ha pasado por malos momentos.