Shin-hanga fue un movimiento artístico en Japón a principios del siglo XX que revitalizó el arte tradicional del ukiyo-e arraigado en los periodos Edo y Meji (siglo XVII al XIX). Se caracterizaba por el sistema tradicional de colaboración del ukiyo-e, donde el artista, escultor, impresor y editor se dividen el trabajo, en oposición al sosaku-hanga, movimiento que defendía los principios de la «auto-elaboración», en el que el artista era el único creador de arte.
Hasui Kawase fue uno de los principales diseñadores y valedores de este arte que hoy recogemos desde estas líneas para mostrar sus bellos trabajos en Shin-hanga. Un movimiento que floreció en torno a los años 1915 y 1942 y que se centró en temas estrictamente tradicionales de paisajes, lugares famosos, mujeres bellas, actores del kabuki y aves y flores.
Kawase mayoritariamente se centró en impresiones paisajísticas, ya fueran de entornos naturales o urbanos, basadas en bocetos que realizó en Tokio y durante sus viajes alrededor de Japón.
Sus impresiones no son meramente «meisho» (lugares famosos) que son típicos de maestros del ukiyo-e como son Hiroshige y Katsushika Hokusai. También se caracteriza por mostrar a locales que suelen tener un tono más oscuro en esa Japón que se iba urbanizando.
El mismo se consideró como un valedor del realismo y empleó su estudio de la pintura occidental en sus composiciones. Realizó impresiones de todos sus viajes, aunque sus sujetos fueran de localizaciones no tan conocidas, aunque con una textura, sombra y luces naturales.
Kawase dejó una gran variedad de impresiones en madera y acuarelas, pero sin dejar de lado a las pinturas al óleo y otros formatos tradicionales japoneses.
40 años de carrera artística en las que trabajó de forma muy cercana con Shozaburo Watanabe, editor y partidario del movimiento shin-hanga. Sus trabajos se hicieron tremendamente populares en occidente gracias a Robert O. Muller, y en 1956, fue nombrado como Tesoro Viviente Nacional en Japón.
Os dejamos con el gran Yoshitoshi.