Esta épica escultura de un coloso, mitad hombre y mitad montaña, fue erigida a finales de 1500 por el renombrado escultor italiano Giambologna como un símbolo de los Montes Apeninos de Italia.
El dios de la montaña, nombrado como Apeninos, llega a los 10 metros de altura sobre la superficie de la Vila de Pratolino en la Toscana. Esta gigantesca estatua esconde un secreto maravilloso en su interior con una serie de varias habitaciones con distintas funciones que consiguieron que este coloso fuera erigido en este especial lugar.
El gigante mantiene en su mano izquierda una fuente de agua proveniente de una corriente subterránea. Gracias a un modelo podemos conocer de cerca las habitaciones que tiene en su interior, aparte de lo que son una serie de fotografías realizadas allí mismo.
Este se encuentra en el Parque de Pratolino, uno de los más bellos de la región que rodea Florencia. Aunque la mayoría de la villa y parque ha sido destruida, con algunos monumentos en pie se puede imaginar uno la belleza y magia que tuvo que ser en su época.
El Coloso de los Apeninos está creado en piedra y arcilla y tuvo una vez varios frescos que decoraban las habitaciones que se encuentran en su interior.
Un parque particular por el que pasear para encontrar esa escultura que se presenta ante el viandante con toda la fortaleza de su pose y como mantiene esa fuente natural de agua como si estuviera protegiéndola de alguna forma. Toda una escultura de grandes dimensiones por los que en sus recovecos se encuentran varias instancias que todavía perduran en el tiempo, aunque haya pasado mucho tiempo desde que fuera creado por el artista italiano Giambologna.
Si alguna vez tenéis la suerte de pasar por la zona, el parque se encuentra abierto los viernes, sábados y domingos hasta el final de este mes. Una muy distinta a las que os enseñamos la semana pasada con Mueck.
Bellísimo. Admirable el don dado por Dios al hombre. Impresionante.