La metáfora nos sirve para expresar ideas que de otra forma puede llegar a ser bien difícil de explicar. Es una gran herramienta usada por todo tipo de artistas para denunciar y a la que a veces acudimos para entender mejor el panorama social, cultural o político.
Son muchos los dibujantes que en tiras nos muestran el desagrado ante distintas decisiones políticas o muestran sin acritud su crítica más ferviente sobre un nuevo movimiento o tendencia que se lleva por delante ciertas tradiciones arraigadas. Henn Kim nos lleva ante su obra artística o serie de ilustraciones a través de su mirada para meternos de lleno en sus contadas metáforas.
Esa metáfora desde la ilustración nos ubica también desde otra perspectiva hacia ciertos elementos de una sociedad. El llamado como humor inteligente también se encuentra por estos lares y un dibujo claro y conciso puede conseguir que traspasemos el umbral o neblina que nos atenaza en el pensamiento.
Es en esa rutina de los objetos cotidianos o en el pasar ante las mismas personas donde Kim juega sus mejores cartas para intentar liberarnos de ellas. Un blanco y negro donde parece que Henn Kim se encuentra bien cómoda para no necesitar nada más que esos dos contrastes para ilustrar sombras, ideas y pesadumbres.
Desde tirar de un rollo de papel que se transforma en una película o lo que es un jarrón de flores donde una mujer insufla lo suficiente para mantenerlas erguidas. Muchas de estas ilustraciones ceden la posición de poder al espectador para que tome aquello que le inspire o que le haga pensar.
Juega con esa perspectiva para una mujer que se puede ir a bucear en su propia sombra para casi perderse o esa pareja que se abraza mientras ella toma una selfie para recordarlo mientras parte de la energía se evade hacia el propio palo que sujeta el smartphone.
