Una semana para una oda a lo femenino y a la mujer. Vicente Romero, el miércoles pasado, Tordesillas, el jueves y Sai en el mismo día para la rebeldía innata.
Nos dirigimos directamente a la belleza incalculable del pastel de Pang Maokun, la parsimoniosa mirada de ella en el espejo, la cotidianidad del sofá o los tempranos años de la frescura. Varios adjetivos y palabras para definir en algo al trabajo artístico de Maokun, apasionado por el pastel.
Pang Maokun nació en Chongqing, China en 1963 y está más motivado por la propia exploración espiritual independiente y la creación artística. Esto podemos encontrarlo en distintas obras en las que encontramos distintos motivos y estilos. Un pintor al que no le gusta quedarse en su espacio de confort, sino que explora otros, ya sea perdiéndose o volviéndose a encontrar, tal como el Ave Fénix.
Maoukun se licenció en Sichuan Academia de Bellas Artes Subsidiario en 1981 para encontrarse desde 1993 como profesor, según he podido documentarme. Es la mujer su principal punto de encuentro en muchas de sus obras. Pinta a esa mujer en sus emocionalidades y sus paisajes hacia lo más profundo que puede significar si nos agarramos a la tierra.
Tenéis su web desde este enlace, en la que podéis encontrar también sus exposiciones. Gran suerte para poder observar esa mujer especial y distante en muchas de sus obras. Como aquella estrella encontrada en la noche a la que uno desea tocar, pero años luz la distancian de ella.
Es desde su propia web donde Maokun explica parte de su sino o razón de ser para con la pintura y ese especial trato por el pastel. Un pintor al que se le identifica fácil y al que posiblemente recurriremos en otros momentos por estos espacios virtuales. Un pintor chino independiente y espiritual.
Muy buenas de verdad.