Todavía somos muchos los que estamos a punto de tocar la playa en esas vacaciones que están a la vuelta de la esquina. Sufriendo un poco el calor, buscamos la sombra de un árbol o una bebida que nos refresque en este calor que ha llegado para instaurarse en nuestras vidas hasta que pasemos mediados de agosto.
Como nuestra mente a veces realiza un gran trabajo en la imaginación, que mejor que traer a la palestra el trabajo de Javier Torices y sus marinas en las que el mar casi sobresale del lienzo para hacernos sumergir en sus aguas tranquilas y esas olas que consiguen que queramos darnos un buen chapuzón en ellas. En estos días tórridos, el acrílico de Torices.
Torices tiene una gran pasión por el agua y la mar. Sus obras tienen un grado fotorrealista en el que casi nos dirigimos a buscar esos detalles que nos lleven a pensar que estamos ante una pintura en vez de una escena casi real.
Donde llama poderosamente la atención es cuando trabaja sus marinas en las que la luz tiene un gran grado de protagonismo, y es justamente donde podemos encontrar sus mejores obras. Esa combinación de luz y agua chapoteando consigue que nos deleitemos con sus obras y estemos ya mirando el calendario para buscar esas fechas en las que estaremos casi pisando playa.
Desde su página de Facebook podemos encontrar algunos lienzos de gran calidad en el que el acrílico es su medio para hacernos creer que esas obras son más bien una ventana por la que adentrarnos a todo ese mar que casi está clamando nuestra presencia.
Un rasgo identificativo de la obra de este pintor es su gran acercamiento a la realidad con esa paleta de colores que de forma fidedigna «copia» el ambiente y playas de cualquiera de las costas que han sido retratadas por la genial mirada de Javier Torices.
También tenéis su web para seguir su trabajo. Por otros espacios tenemos las abstractas marinas de Lia Melia.