Aparte de la teoría del color y otras tantas virtudes que uno ha de poseer, el estudio de los maestros de la pintura pasa por conocer la forma de sus trazos y sus pinceladas para encontrar que lanzando una en diagonal en ciertas sombras puede ofrecer un sentido u otro en esa profundidad que se quiere dar.
Un buen ejemplo para entender la importancia del trazo y como uno bien dado con un buen golpe de muñeca puede ahorrar minutos buscando la forma perfecta si se busca otra vía para encontrar el mismo resultado. ‘sol 23’ de Conrad Jon Godly nos vale como para entender como dar la forma perfecta al pico de una montaña en la que los salientes suelen ser un denominador en común.
Conrad define perfectamente esa montaña al utilizar una gran cantidad de pintura al óleo para dar las formas adecuadas a esas puntas y rasgos. Lo único que seguramente que va a necesitar unos meses para que ese óleo se seque. Dicho esto, como curiosidad decir que algunas pinturas al óleo necesitan muchos años hasta que se secan completamente.
Es otra de las habilidades que hay que alcanzar después de dar una capa de óleo, es esperarse hasta que esté casi completamente seca para aplicar otra. Algunos, en una semana están ya listos para poder pintar de nuevo, mientras otros con dos días es más que suficiente. De todas formas, depende del aceite y la fina que sea la capa para esperar a que se seque.
Aquí el pintor usa una gran cantidad de pintura para producir ese efecto en la textura que ayude a incluso ofrecer un efecto óptico que sobresalga del lienzo. Tenéis su web desde este enlace para acceder al resto de su pintura donde juega mucho con los trazos y la textura como podréis observar.
Otro pintor que juega con los trazos.