Como diseñador que serás, uno de los elementos imprescindibles para mostrar de lo que eres capaz es el portafolio. Pero, ¿sabes cómo hacer un portafolio de diseño gráfico que sea de verdad potente y creativo?
Si quieres inspirar a tus clientes, y saber venderte bien, esto que te vamos a contar te interesa, y mucho. Descubre todo lo que debes tener en cuenta sobre ellos.
Qué debe llevar un portafolio de diseño gráfico
Como sabrás, el portafolio es algo así como una tarjeta de presentación de tus obras. Se puede comparar con tu currículum donde, en lugar de hablarle de formación y experiencia a tu cliente, lo que haces es mostrarle el resultado de los proyectos que has llevado a cabo para que se haga una idea de lo que eres capaz.
Por tanto, uno de los elementos principales no es otro que tus propios diseños. Ahora bien, como sugerencia, te diríamos que, si ofreces varios servicios de diseño gráfico, tengas diferentes portafolios. Dicho de otro modo: imagina que tienes diseño de logos y diseño de páginas web.
Puedes construir dos portafolios diferentes en base al tipo de clientes que tengas, sobre todo porque de esta manera vas a lograr que centrarte directamente en el cliente que quieras.
Más allá de los diseños, algunos pueden colocar un poco de texto que ayude a entender al cliente lo que se hizo en cada proyecto.
Cómo hacer un portafolio de diseño gráfico
Como queremos que esto te sirva para crear cualquier tipo de proyecto que tengas en mente, vamos a darte todo en lo que deberías fijarte para construir ese portfolio de diseñador gráfico que muestre lo que puedes hacer y, sobre todo, que inspire y sea creativo. ¿Quieres saber cómo?
Empieza definiendo tu portfolio de diseño gráfico
Sí, sabes que tienes que hacerlo y que llevará algunos elementos pero, ¿cómo lo vas a hacer? Si en ese portfolio vas a poner diseños infantiles, crearlo de manera muy formal y como si no quisieras conectar con las personas, la primera impresión que van a tener de ti es que eres demasiado «elitista», o «elegante» para que sepas plasmar la esencia infantil (aunque dentro le des una imagen totalmente diferente).
Es por eso que te decíamos de tener varios portfolios en base a tus trabajos, para que así puedas definir en cada uno tu personalidad. Es verdad que todos ellos conectarán (y es algo que debes hacer puesto que tu estilo será el mismo, independiente de que hagas una cosa u otra), pero la forma de plasmarlo será diferente en cada una de ellas.
Arriesga
Se suele decir que «quien no arriesga, no gana». Y en este caso, a la hora de hacer un portfolio de diseño gráfico, tienes que ser creativo, innovador y original para así atrapar a ese cliente en tus diseños.
Esto no es fácil de conseguir, ya te lo decimos. Pero tampoco hay que frustrarse porque no salga. En este caso, te recomendamos que eches un vistazo a otros portfolios que puedan ayudarte a inspirarte a ti.
Busca ponerte en la piel de ese cliente para así saber por dónde tienes que tirar cuando vayas a construir tu portfolio.
El formato del portfolio
A la hora de crear un portfolio no es lo mismo uno que vayas a imprimir que uno online, que uno descargable.
El impreso y el descargable sí que podría ser el mismo, pero online supone un diseño que puede ser totalmente diferente. Es como si crearas tu propia página web que fuera tu escaparate como portfolio.
¿Y cuál es el más recomendable? Los tres. Siempre que puedas, apuesta por los tres porque:
- Con el portfolio online estarás atrayendo a un público objetivo que quiera ver tu trabajo y, quizá, contratarte.
- Con el portfolio impreso ya tienes clientes con los que poder mantener una reunión. O entrevistas a las que llevar pruebas de tu experiencia.
- Finalmente, con el portfolio descargable ofreces una copia a quien la quiera para que pueda ver tu trabajo sin necesidad de usar Internet (para que tome las cosas con calma y vea si es lo que busca).
Gánatelos con la primera página
Imagina que entras en una web o acabas de pasar la portada de un portfolio y te pone un fondo creativo y una frase tipo:
«Lo que estás a punto de ver puede ser aquello que llevabas tiempo buscando».
¿Qué haces con esto? Buscas conectar con esa persona, darle curiosidad por los diseños que tienes y que quiera saber más.
Frases así pueden ayudar a romper el hielo con los clientes y a lograr mejores resultados.
Escoge tus mejores trabajos
Conforme vayas participando en proyectos, irás teniendo muchos diseños que poder mostrar a futuros clientes. Sin embargo, en el portfolio de diseño gráfico has de centrarte solo en los mejores.
Aunque también te decimos algo: Muestra el antes y el después. A veces humanizar tu trabajo también es algo bueno, y algo que no hacen los demás.
Si, por ejemplo, tienes el primer diseño que hiciste, y que fue malísimo, pero te animas a volverlo a hacer pasados unos años, muestra el antes y el después. Porque de esa forma le estarás dando al cliente una evolución de tu trabajo.
¿Y cuántos poner? Pues depende de los que tengas, pero siempre es mejor que sean pocos y de buena calidad, que muchos y que abrumen porque la calidad es pasable.
Piensa en el diseño
Ya sea para una página web o para imprimirlo, el diseño de tu portfolio es también importante. Debes decidir si quieres que lleve imagen y texto, solo imagen, o incluso un QR para llevarle a la web.
Además, ¿vas a poner las imágenes centradas? ¿De una en una o varias en la misma página?
Todo esto es algo que debes tener en cuenta para diseñar un portfolio que sea interesante, no aburra ni tampoco abrume.
Si no tienes mucha inspiración en este sentido siempre puedes optar por revisar algunas plantillas y quedarte con las que mejor vayan con tu estilo. Así podrás crear una basada en lo mejor de cada una de las que te han gustado y darle personalidad.
Y antes de mostrarlo… revisa
Que las imágenes se vean bien, que no haya errores de ortografía; que los enlaces de verdad lleven a las páginas que deben.
Tienes que dar una buena imagen con él, así que esos detalles son importantes.
¿Te animas ahora a hacer un portfolio de diseño gráfico o a rediseñar el tuyo?