
En los últimos días, las redes en España se han llenado de retratos y paisajes reimaginados con una estética de animación japonesa muy reconocible, una corriente que ha crecido con fuerza al calor del nuevo generador de imágenes de ChatGPT y otras IA. Tal es el interés que, según datos compartidos por Sam Altman, la plataforma habría sumado un millón de usuarios adicionales en apenas una hora, una cifra que ilustra el enorme tirón de esta tendencia creativa. Veamos cómo lograr estética tipo Ghibli con IA.
Quien se ha sumado a la ola lo sabe: el look más solicitado recuerda a los universos visuales de un célebre estudio japonés. Su combinación de trazos delicados, paletas suaves y atmósferas cálidas está inspirando miles de variaciones. Aunque las herramientas responsables no deberían permitir la copia literal de estilos protegidos, lo cierto es que mucha gente está consiguiendo aproximaciones convincentes, especialmente cuando describen bien los rasgos estéticos en sus indicaciones.
Por qué fascina tanto esta estética y cómo ha explotado la tendencia
El atractivo viene de su capacidad para evocar mundos cotidianos y mágicos a la vez, con fondos pintados a mano, luces suaves y una sensación de calma muy característica. Quienes buscan esa atmósfera piden cielos de acuarela, bosques luminosos, texturas de pincel y personajes con gestos expresivos, atributos que el generador de imágenes sabe traducir con solvencia cuando el prompt está bien construido.
Este tipo de resultados gusta porque captura el espíritu de películas que marcaron a varias generaciones, con escenas que parecen extraídas de historias de amistad, aventura o descubrimiento. En la práctica, lo que se logra es una reinterpretación creativa del lenguaje visual —no una copia literal—, que reimagina fotos propias o conceptos originales con un aire nostálgico.
Conviene, no obstante, recordar que el objetivo no es clonar una firma artística, sino recrear una estética general. Es aquí donde los prompts que describen la luz, los colores, el entorno y la composición funcionan mejor, evitando menciones explícitas a marcas o autores. Este enfoque respetuoso suele reducir bloqueos y, además, ofrece más control sobre el resultado.
Otro detalle que a veces pasa desapercibido: lo que se obtiene son imágenes estáticas, no animación. No hay una secuencia de fotogramas, sino una ilustración final optimizada para compartir, guardar como fondo de pantalla o integrar en publicaciones, banners o presentaciones.
La fiebre también ha traído debate. El cineasta Hayao Miyazaki ha manifestado en ocasiones su rechazo a cierto uso de la IA en el ámbito creativo, y sus palabras se interpretan como un llamamiento a preservar la sensibilidad humana en el proceso. Independientemente de la postura, la conversación ha puesto el foco en la ética y en la mejor forma de rendir homenaje sin suplantar el trabajo de autor.
Herramientas y acceso: ChatGPT, Grok y otras opciones

La pieza central de esta tendencia es el generador de imágenes de ChatGPT, apoyado en modelos multimodales recientes (como GPT-4o y la evolución denominada GPT-4.5). Con ellos, es posible crear imágenes a partir de texto, imágenes o incluso otros archivos, desde la app móvil o la versión web, con acceso integrado en los planes Plus, Pro, Team y Free, y despliegue progresivo hacia otros servicios como Sora. La compañía también ha indicado que la llegada a Enterprise y Edu será posterior.
Para usarlo, debes iniciar sesión con tu cuenta de OpenAI, abrir una conversación y, en la interfaz, localizar la opción ‘Crear imagen’ cuando esté disponible en tu región o plan. A partir de ahí, redactas tu indicación (prompt), subes la foto si quieres partir de una base real y solicitas variaciones hasta alcanzar el aspecto buscado. Muchos usuarios destacan que el sistema soporta ajustes continuos de fondo, primer plano, color y textura, algo que no suelen ofrecer los filtros automáticos.
Más allá de los retratos con estética cinematográfica, el generador sirve para mucho más: diagramas, infografías, gráficas promocionales, logotipos, carteles, composiciones con texto embebido y hasta imágenes con fondo transparente para presentaciones. También puede retocar o inspirarse en imágenes existentes, afinando iluminación, sombras y materiales de forma notable.
En paralelo, existe una alternativa gratuita integrada en la red social X: Grok, accesible desde la URL https://x.com/i/grok. Su funcionamiento es muy directo: inicias sesión en tu cuenta de X, subes una imagen clara y escribes una instrucción simple. La herramienta devuelve una versión estilizada que intenta capturar rasgos generales del anime cinematográfico japonés. No exige suscripción de pago ni conocimientos técnicos, aunque la calidad puede resentirse si la foto está mal iluminada o hay demasiados elementos en primer plano.
Sobre la disponibilidad y coste en ChatGPT, verás experiencias distintas: hay quienes reportan acceso a la generación de imágenes en el plan gratuito y otros que necesitan Plus u otra modalidad para desbloquearla. Es normal durante un despliegue escalonado; conviene comprobar tu cuenta y, si no aparece la opción, volver a intentarlo más tarde o valorar un plan de pago si quieres el máximo control.
Cómo describir la estética sin citar marcas: el enfoque que mejor funciona
Las peticiones que mencionan de forma explícita nombres comerciales o autores pueden disparar bloqueos o respuestas tipo ‘no puedo generar esa imagen’. Para evitarlo, lo más eficaz es construir prompts que describan la atmósfera, la iluminación, los colores y el tipo de trazo que buscas, sin referirte a marcas registradas. Este método no solo es más respetuoso con los derechos de autor, también te da un control creativo superior.
Algunas pautas útiles para tus indicaciones creativas son estas (puedes combinarlas y matizarlas): paleta pastel, fondos pintados a mano, luz suave al atardecer, texturas de pincel, sensación acogedora, niebla ligera, contraste moderado, sombras difusas, personajes con ojos grandes y expresivos, calles empedradas, pueblos costeros, bosques frondosos, viento que mueve el follaje, cielo con nubes algodonosas.

- Desde foto real: ‘Mantén el fondo y la pose; convierte la escena a ilustración con trazo suave, colores cálidos y texturas pictóricas; conserva la expresión y el encuadre’.
- Desde cero (texto a imagen): ‘Paisaje de pueblo costero al atardecer, casas con tejado rojo, farolas encendidas, vegetación densa, estilo pictórico con pinceladas visibles y niebla ligera; tonos pastel’.
- Rostros y retratos: ‘Retrato de medio cuerpo con mirada amable, iluminación lateral suave, contornos limpios, paleta de verdes y cremas, acabado de acuarela en el fondo’.
- Ambientes mágicos cotidianos: ‘Bosque con árboles gigantes, camino de tierra húmeda, luciérnagas sutiles, cielo nebuloso; sensación de calma y aventura, baja saturación’.
Un apunte práctico: si en algún momento el sistema detecta una referencia sensible, elimina el nombre propio y refuerza la descripción de rasgos. Esa maniobra suele desbloquear la respuesta y te permite seguir iterando con variaciones (más textura, menos contraste, otro encuadre, etc.).
Casos reales y experiencia de uso: bloqueos, variaciones y alternativas
Hay usuarios que cuentan frustraciones puntuales: durante un buen rato la IA rechazaba su solicitud por no cumplir con las políticas, una situación que se resolvió al suprimir la mención directa a un estudio concreto y centrarse en los atributos visuales. A partir de ese cambio, el sistema sí devolvió una versión de estilo anime con buen nivel de detalle.
Otros, en cambio, narran que no tuvieron ningún problema incluyendo el nombre en su indicación. Esto sugiere que hay diferencias entre cuentas, regiones o momentos del despliegue. Más allá de eso, el patrón común es que la aproximación descriptiva, sin marcas, ofrece resultados consistentes y replicables para casi todo el mundo.
En paralelo, algunas pruebas comparan el desempeño con Gemini (Google). Hay quien afirma que Gemini generó una imagen más cercana al ‘universo de cierto estudio’ a la primera, mientras que ChatGPT necesitó varias iteraciones para ajustar color y textura. Aun así, muchos prefieren ChatGPT por su ciclo conversacional: la herramienta entiende bien los cambios y permite refinar cada capa del resultado.
Un consejo general tras varias experiencias: evita pedirlo ‘de una’ y ve por capas. Primero la composición y el encuadre, luego la iluminación y el color, y al final las texturas. Con esta táctica es más fácil corregir derivas (ojos extraños, manos raras, fondos confusos) sin tener que empezar desde cero.
Si todo falla y aparece un bloqueo persistente, alterna entre distintas formulaciones, reduce la longitud del prompt o subdivídelo en pasos. A veces es suficiente con desligar la petición en dos mensajes consecutivos para que el sistema acepte la transformación.
Flujos de trabajo recomendados: desde una foto o desde cero
Cuando el punto de partida es una foto tuya, de un paisaje o de un objeto, lo ideal es apostar por una imagen nítida, bien iluminada y con fondo ordenado. Con esa base, solicita primero una versión ilustrada con trazo suave y paleta amable, manteniendo el encuadre y la expresión. Después añade rasgos como ‘pinceladas visibles’, ‘contraste moderado’ o ‘sombras difusas’.
- Prepara la foto: elige una toma clara (mejor luz natural, sin contraluces duros). Evita fondos abarrotados si quieres un resultado limpio.
- Sube la imagen a ChatGPT o Grok: adjúntala y especifica que conserve fondo y pose, y que aplique un acabado pictórico con colores cálidos y texturas de pincel.
- Refina por capas: primero composición y encuadre; después iluminación y tonalidad; por último texturas y detalles (hojas, nubes, ropa).
- Pide variaciones: solicita versiones con más grano, menos saturación o distinta hora del día hasta dar con la atmósfera.
- Exporta: si necesitas fondo transparente para una diapositiva o un póster, indícalo expresamente en el prompt final.
Si empiezas desde texto, describe el lugar, el clima, la hora, el estado de ánimo y el tipo de pincelada. Expresiones como ‘tarde nublada con luz suave’, ‘pueblo costero con tejados rojizos’ o ‘bosque denso con niebla ligera’ aportan anclas visuales que la IA interpreta bien. Añade un par de colores clave (por ejemplo, verdes apagados y cremas) y una nota sobre el trazo (limpio, orgánico, visible).
Para retratos, funciona pedir ‘rostro de medio cuerpo, ojos expresivos, pelo ligeramente desordenado por el viento, luz lateral suave, fondo pictórico’. Si quieres integrarlo en redes, especifica el formato (1:1, 4:5, 16:9) y el uso, de modo que el sistema optimice la composición para cada pantalla.
Qué puedes crear: generadores, fondos, filtros y prompts efectivos
Los llamados ‘generadores tipo Ghibli’ que circulan por la red no son más que frontends de modelos de IA entrenados con estética anime. Con ellos puedes transformar bocetos, descripciones o fotos reales en ilustraciones con encanto, sin instalar software complejo y sin curva técnica pronunciada.
¿Buscas opciones sin coste? Hay herramientas gratuitas en la web y el propio Grok no exige suscripción de pago. El intercambio es que, en ocasiones, verás inconsistencias si la imagen base es compleja o si la iluminación original no acompaña. Aun así, para probar y compartir en redes, es un punto de entrada perfecto.
En cuanto al concepto de ‘arte tipo Ghibli’ con IA, lo clave no es el nombre, sino la mezcla de suaves pinceladas, colores vibrantes pero no chillones, y atmósfera de ensoñación. Si pides ‘textura pictórica, paleta pastel, luz de atardecer y calma narrativa’, obtendrás ilustraciones muy cercanas al espíritu buscado sin necesidad de citar marcas.
Los fondos de pantalla son un uso natural: paisajes exuberantes, pueblos acogedores, cielos con nubes suaves y bosques llenos de vida quedan de lujo como home screen o lock screen. Indica la resolución de tu dispositivo para que el recorte sea perfecto y añade una instrucción sobre la zona de foco para no tapar elementos clave con los iconos.
¿Filtros online? Varios sitios ofrecen un clic ‘estiliza mi foto’. Su rapidez es buena para resultados inmediatos, pero la falta de control fino sobre luz, sombra y trazo los limita. Con un modelo conversacional como ChatGPT, puedes hilar más fino: pide ‘sombras difusas, trazo orgánico, detalle de vegetación y nubes’, y ajusta hasta que dé en el clavo.
Sobre los prompts, piensa en bloques: ambiente (bosque, costa, ciudad), clima (niebla, lluvia fina, brisa), hora (amanecer, atardecer), color (pastel, cálidos apagados), trazo (pincel visible, contorno limpio), emoción (nostalgia, calma). Combinar esos bloques con una sintaxis clara te da consistencia de imagen en proyecto tras proyecto.
Calidad de entrada, calidad de salida: consejos prácticos
La IA no hace milagros con fotos imposibles. Si tu foto está subexpuesta, movida o con demasiado ruido, el resultado sufrirá. Apuesta por luz lateral suave o difusa, estabiliza la cámara y evita fondos recargados si te interesa un acabado limpio y elegante.
Los retratos frontales a media distancia suelen funcionar mejor que los extremos (primerísimo primer plano o cuerpos completos muy lejanos). La IA agradece rostros bien encuadrados y con expresiones relajadas, lo que facilita generar miradas y gestos creíbles.
Para paisajes, busca líneas claras de horizonte, profundidad de campo definida y un par de elementos protagonistas (árbol grande, casa con tejado rojo, farola encendida). Esto ayuda a la IA a construir una escena con peso visual equilibrado y evita composiciones caóticas.
Si la IA ‘derrapa’ con manos o detalles finos, pide planos algo más abiertos o reduce el nivel de detalle. A veces, simplemente solicitando un trazo ligeramente más suelto y menos contraste, el problema desaparece.

No olvides el formato y el uso final: si el destino es Instagram, un 4:5 funciona de maravilla; para banners horizontales, mejor 16:9. Pide que no recorte elementos claves (ojos, manos, tejados) y que la zona segura de texto quede despejada si vas a superponer titulares.
Disponibilidad, iteración y coste: lo que debes tener en cuenta
Hay quien accede a la generación de imágenes en ChatGPT sin pagar y hay quien necesita Plus u otro plan. Es un lanzamiento escalonado por países y perfiles, así que lo normal es que haya diferencias. Si no ves el botón ‘Crear imagen’, prueba más adelante o valora un plan superior si quieres acceso inmediato y mayor capacidad. En todo caso, Grok en X es gratuito y una buena vía para empezar.
La clave no es solo el acceso, sino la iteración. Cuanto más detallado y ordenado sea tu ciclo de ajustes (composición, luz, color, textura), más fino el resultado. Pide al sistema que explique qué ha cambiado de una versión a otra; esa conversación te ayuda a aprender qué parámetros mueven la aguja.
Si trabajas en equipo, los planes Team y Pro facilitan flujos colaborativos y control de versiones. Para entornos educativos o corporativos, habrá despliegues específicos más adelante, y en el ecosistema se menciona Sora para video, aunque las imágenes estáticas siguen siendo la vía más asentada ahora mismo en esta tendencia concreta.
Ética y debate: reinterpretar sin suplantar
La conversación pública se ha calentado con las declaraciones de figuras icónicas de la animación japonesa, que ven con recelo ciertos usos de la IA. Más allá de titulares, lo sensato es apostar por la inspiración responsable: describir rasgos estéticos generales, evitar nombres registrados y no vender resultados como si fueran obra de otra persona o estudio.
El valor está en lo que tú aportas: tu foto, tu escena, tus colores. Convertir una imagen personal en una ilustración con atmósfera de cine de animación es un ejercicio creativo legítimo si te mantienes en el terreno de la reinterpretación y el aprendizaje, sin invadir el espacio de la autoría ajena.
Hoy disponemos de opciones web gratuitas y de pago, instrucciones claras para describir atmósferas, y un puñado de trucos para evitar bloqueos y mejorar el acabado. La tendencia sigue creciendo porque resulta accesible, divertida y sorprendentemente expresiva: con una buena luz, un prompt bien armado y unas cuantas variaciones, cualquiera puede rozar ese encanto visual que tantos recuerdan de las grandes películas de animación japonesa.

