A la hora de ponernos a trabajar en un sistema reticular debemos seguir un proceso muy definido para obtener el mejor resultado. En la fase inicial deberemos hacer una apreciación de qué es lo que queremos crear y transmitir a nuestros lectores. ¿Cómo lo vamos a hacer? Prestaremos atención a las características de nuestro contenido desde el punto de vista informativo y a los medios que necesitaremos (softwares, conocimientos, equipo) para poder diseñar y producir nuestro formato.
Una vez que hayamos definido el objetivo y los medios para alcanzarlo procederemos al diseño nuestro esqueleto, ¿De qué partes está compuesto? ¿Qué deberé tener en cuenta? Aquí os dejamos una descripción de los elementos más importantes y un esquema para trabajar en él:
Elementos del sistema reticular:
- Módulos: Son cada una de las unidades de espacio en que vamos a dividir nuestro documento y donde colocaremos nuestros contenidos de una forma organizada.
- Zonas espaciales: Nuestros módulos se agruparán por temáticas o funciones definidas. Esto estará en estricta relación con el fin de nuestro proyecto y el carácter que tenga el mismo.
- Líneas de flujo: Son aquellas alineaciones que dividen nuestro espacio completo y lo dividen en diferentes módulos.
- Columnas: Son las alineaciones verticales de módulos que crearán las divisiones horizontales que existen entre los márgenes de nuestro documento.
- Márgenes: Espacios que existen entre el borde externo del formato y nuestro propio contenido.
- Marcadores: Son indicadores de posición que nos indican dónde se situará el texto subordinado a lo largo de nuestro documento.
En esta infografía podrás verlo de una forma más gráfica y sencilla: