Cuando no teníamos estos smartphones con sus especiales cámaras, la posibilidad de poder salvaguardar un momento en concreto era a través del talento de un dibujante o pintor. La fotografía también ha sido capaz de tomar esos momentos, pero en ciertos momentos, como puede ser la II Guerra Mundial, un lápiz y un cuaderno pueden ser las dos mejores herramientas para plasmar esos instantes vividos.
Es lo que pensó Victor Lundy, un estudiante de arquitectura que se enroló como militar durante la Segunda Guerra Mundial. En vez de abandonar su lado más creativo, el joven soldado decidió documentar sus experiencias en el campo de batalla a través de una serie de cuadernos. En ellos, registró todo, desde soldados caídos en combate, ataques aéreos y todo eso que conocemos de documentales de esa guerra.
No solamente se quedó en lo más bélico de esos momentos vividos, sino que supo traer a la memoria actual lo que son soldados descansando o jugando a juegos durante su tiempo libre.
Sus dibujos, creados entre mayo y noviembre de 1944, nos muestra un toque más personal e íntimo de una de las guerras más sangrientas de la historia. Lundy, en 2009, y a la edad de 92 años, donó sus cuadernos a la Biblioteca del Congreso. Todos los ochos cuadernos han sido escaneados digitalmente desde entonces y, es por ello, que podemos acceder en el día de hoy para verlos de forma online.
Es la gran maravilla que significa la red de redes, que podemos acceder desde la palma de nuestra mano, desde un dispositivo móvil, a esos momentos vividos por ese soldado que quiso transcribirlos para que en un futuro, cualquier, ahora miles de personas, sean testigos de esa guerra tan cruel y tan sangrienta.
Podéis encontrar más información desde Library of Congress para acceder al resto de sus dibujos y memoria.
Os dejamos con los bocetos de Oscar de la Renta.