Cada 24 de octubre se rinde homenaje al Día del Diseñador Gráfico en Argentina, una jornada pensada para reconocer a quienes construyen la comunicación visual que consumimos a diario. En un entorno atravesado por redes sociales y tecnología, estos profesionales articulan identidades, productos y mensajes con impacto social y económico y emplean herramientas útiles para un diseñador gráfico.
La efeméride recuerda a Haydée Strittmatter, pionera y primera profesional titulada del país, que se graduó en la Universidad Nacional de Cuyo en 1966. A partir de esa referencia, el calendario argentino adoptó una fecha específica para poner en valor la tarea del diseño, su función cultural y su contribución a la innovación.
Origen y significado de la fecha

Años después de aquella graduación, en 1975, la comunidad local instituyó el 24 de octubre como jornada de celebración, una iniciativa impulsada por referentes como Mario Delhez y Ricardo Denegri. El objetivo fue dar visibilidad a una disciplina clave para empresas, instituciones y proyectos culturales que necesitan comunicar de forma efectiva.
Conviene distinguir esta fecha del Día Mundial del Diseño, que se conmemora el 27 de abril por impulso del Consejo Internacional de Asociaciones de Diseño Gráfico (Icograda), fundado en 1963 en Londres. Mientras el hito global pone el foco en la comunidad internacional, el argentino subraya la historia y los aportes locales.
El perfil profesional cambió notablemente: de oficio vinculado a la imprenta, el diseño pasó a ser una disciplina estratégica para la industria, la cultura y el mercado. Hoy integra procesos de investigación, narrativa visual, experiencia de usuario y gestión de marca, con impacto medible en resultados.
La figura de Haydée Strittmatter y la profesionalización

El logro de Strittmatter abrió camino a la profesionalización del campo, al ubicar al diseño como herramienta de comunicación, cultura e identidad visual y no solo como un servicio técnico. Su referente sigue vigente en escuelas, universidades y espacios de formación.
Tras el retorno de la democracia en 1983, distintas universidades incorporaron la carrera a su oferta, ampliando la formación y la producción académica y definiendo qué debería aprender el diseñador en la facultad. Ese impulso consolidó una comunidad con fuerte peso en la región y vínculos con sectores creativos, tecnológicos y empresariales.
En la práctica, los diseñadores intervienen en marca, packaging, señalética, editorial, afiches, escudos e interfaces, entre otras áreas; además, muchos exploran todos los trabajos posibles que pueden desempeñar dentro del campo.
Diez diseños que dejaron huella en la memoria colectiva
El recorrido por la cultura visual del país permite identificar diez diseños muy reconocibles que, por su alcance o influencia, se grabaron en la memoria social. No es una lista cerrada, pero sí una muestra del potencial del diseño argentino.
- YPF, identidad histórica: un emblema con las iniciales en el centro y un contorno que evoca la bandera argentina; fue actualizado a lo largo del tiempo sin perder su núcleo visual.
- Escudo de la AFA: propuesto en 1976 a iniciativa de Norberto “Toto” Rud para identificar a la selección; con los títulos mundiales sumó tres estrellas.
- Sello Mayor de la UBA: diseñado en 1921 por Ernesto de la Cárcova y revisado en 2012 por Oscar Villota y Juan David Vargas Osorio, recuperando la figura femenina central.
- Mundialito 78: la mascota del Mundial 1978, desarrollada por el estudio Manuel García Ferré con la colaboración de Hugo Casaglia, inspirada en bocetos de Néstor Córdoba.
- “Corta el dolor”: aviso de una firma local con una cabeza atravesada por clavos y tornillos, creado por Sergio Serga y el ilustrador Lucien Achille Mauzan.
- Perón, manos en alto (1972): pieza de Ronald Shakespear, basada en una fotografía de Juan Domingo Perón, que condensó gesto y mensaje político.
- La atajada del “Dibu”: gráfica de Mercado McCann por el aniversario de la final de 2022, con el guardameta extendido formando una estrella.
- Empaque de un clásico de Arcor: dulce popular con amarillo, rojo y dorado como base, adaptado por sabor sin perder su identidad atemporal.
- Póster de 1985: cartel de una película icónica, diseñado por Hugo Penelas y Daniel Speranza, con fotografía en blanco y negro saturada y tipografía roja.
- Mercado Libre: actualización de logo a cargo de Imaginity con un apretón de manos que simboliza confianza, acuerdo y colaboración.
Cómo se celebra y qué se pone en foco
A lo largo del país, el 24 de octubre suelen organizarse charlas, talleres y muestras impulsadas por universidades, estudios y colectivos profesionales. La fecha invita a revisar procesos, metodologías y casos, además de tender puentes con otras disciplinas creativas y tecnológicas. Muchos encuentros incluyen sesiones sobre cómo venderse como diseñador para fortalecer la actividad profesional.
La influencia del diseño gráfico argentino se percibe en logos, envases, afiches de cine, escudos institucionales y campañas que dialogan con la cultura popular. Ese cruce entre lenguaje visual e identidad local explica por qué tantas piezas siguen vigentes décadas después.
El 24 de octubre funciona como recordatorio de que el diseño es lenguaje, estrategia e innovación a partes iguales: una práctica que articula ideas con imágenes, aporta valor a la economía creativa y deja, año tras año, nuevas marcas en la vida cotidiana.