
En el paisaje actual del diseño, el gotelé ha pasado de ser un recuerdo del pasado a una opción que vuelve a considerarse con interés. Lejos de los tópicos, esta técnica clásica reaparece con un enfoque mucho más controlado y acorde a las preferencias visuales del presente.
Tras décadas de éxitos y rechazo, el cambio de mirada ha sido notable: lo que muchos quitaron de sus paredes, hoy se interpreta con claves contemporáneas. Impulsado por la nostalgia bien entendida y por el gusto por lo retro, el gotelé regresa con paletas sobrias, texturas más finas y un resultado que se integra sin estridencias en viviendas actuales.
Por qué vuelve el gotelé ahora

La clave del repunte está en la modernización del proceso. Hoy se aplican relieves regulados que priorizan la uniformidad, permitiendo una aplicación más sutil y precisa que evita el exceso de grano que muchos asociaban al pasado.
Además, crece el interés por soluciones responsables. En la conversación actual sobre interiores se valora el uso de materiales ecológicos y formulaciones más respetuosas, con el objetivo de embellecer sin descuidar el impacto ambiental.
En términos estéticos, la textura funciona como un recurso que aporta dimensión. El relieve capta la luz y genera un juego de luces y sombras que ofrece profundidad en tonos desaturados, encajando con composiciones calmadas y ambientes limpios.
El eco social ha hecho el resto. Publicaciones de antes y después, ejemplos reales y vídeos cortos han multiplicado su alcance en internet; las redes sociales han amplificado la tendencia, alimentando un efecto imitación que se percibe en proyectos domésticos y profesionales.
Cómo se está aplicando y dónde verlo

Quienes ya lo han incorporado destacan un resultado muy personal: el gotelé aporta carácter y convierte la pared en una superficie con conversación propia. En testimonios recientes se repite la idea de que la textura añade singularidad sin saturar la estancia.
En combinación con mobiliario actual, vinilos adhesivos y una gama cromática contenida, la técnica rinde mejor que nunca. Se ven enfoques que alternan muros lisos con otros texturizados para equilibrar, logrando un conjunto contemporáneo y coherente que no compite con la decoración.
La agenda del sector también se ha movido. Exposiciones y ferias especializadas están sirviendo de escaparate para interpretaciones más actuales, mientras que proliferan talleres prácticos en los que se enseña a aplicar el gotelé con las herramientas y acabados de esta nueva ola.
Decoradores y pintores han empezado a ofrecerlo de forma selectiva en proyectos de vivienda, apoyándose en técnicas que permiten controlar el relieve y ajustar la textura según el estilo buscado: desde un grano muy fino hasta propuestas algo más marcadas, pero sin caer en excesos.
Con esta relectura, el gotelé, que muchos pensaban superado, vuelve a ocupar un sitio con lógica propia: su textura moderada, su mejora técnica y el respaldo de la comunidad creativa lo han reposicionado como un recurso válido que mezcla tradición e innovación en la casa actual.