Los cortos de animación tienen una gran virtud y es que en pocos minutos pueden dejarnos prendados por el contenido del mensaje que llevan en su seno para conseguir que surjan unas lágrimas de nuestros ojos o sonriamos como nunca por la bella historia que muestran en esos minutos de duración que suelen tener.
Es justamente esta animación para el vídeo musical «Ma’agalim» de Jane Bordeaux la que puede provocar todas esas sensaciones dichas, desde la nostalgia y la tristeza hasta la alegría casi infinita. Un corto de animación que no pasa de los 3 minutos y 31 segundos para dejarnos maravillados por la gran idea en si que es el propio hilo conductor y esa rueda infinita que va mostrando distintos personajes en distintas escenas cotidianas.
El equipo de animación realiza un trabajo sublime con esta pieza de animación en la que, con un estilo muy particular y unos personajes excelentemente diseñados, nos lleva ante el vídeo musical de Jane Bordeauxde. Un vídeo en el que se busca una forma de expresar un nuevo camino de pensamiento sobre la mortalidad, algo inherente a lo humano al igual que es el nacimiento.
Intenta transmitir el sentimiento de que cuando uno empieza en su vida parece casi infinita, pero según van pasando los años se va quedando en algo muy corto y finito. Nadie sabe la cuantía de días de nuestras vidas, tal como sucede con cada una de las vueltas que da ese cilindro en el vídeo.
Realizado en animación por ordenador y en el que el nivel de calidad se debe al gran equilibrio entre texturas y vídeo, es una gran pieza de animación que puede convertirse en una de las más originales del año.
Como siempre que acabamos hablando de animación, terminamos recordando las películas de Studio Ghibli y al gran Miyazaki.