El paso de los años se reflejan en nuestras vidas y en nuestro físico de forma distinta. Unos envejecemos mejor y en otros las arrugas afloran para marcar otra expresión tanto en el rostro como en el cuerpo. Es la acción del tiempo que cae sobre nuestros cuerpos y a la que poco podemos hacer, aparte de mantenernos en forma y alimentarnos de forma saludable.
Es el fotógrafo danés Peter Funch el que nos muestra en sus fotografías el paso del tiempo, justamente en 9 años, de una serie de ciudadanos. Durante esos años se pasó desde las 8 y media hasta las 9 y media de la mañana tomando fotografías en a esquina sur de la 42 en Nueva York.
A ese proyecto le ha denominado como «43nd and Vanderbilt» y es en el mismo en el que captura la misma persona dos veces, aunque con una diferencia de edad que entra parte del misterio. Intenta que averigüemos si ha pasado días, meses e incluso años.
Lo que busca es un ejercicio para que el espectador observe que partes de cada imagen ha cambiado y cuales permanecen idénticas o iguales. En esos momentos robados de esas personas, Funch retrata sus pensamientos, sus preocupaciones o incluso un éxtasis divino.
En ese mar de personas que recorren las calles de una gran ciudad como la neoyorquina, todos intentan ser parte independiente y distanciarse de los demás; un retrato que obtiene este fotógrafo.
Busca lo banal que es la rutina diaria de la mañana y como esos viandantes ofrecen detalles de sus propias vidas aunque intenten esconderlos. Un reflejo en la fotografía de Funch que dibuja el paso del tiempo en cada uno de ellos y como los años, no en todos, pasan casi igual.
Otro fotógrafo al que seguir al igual que aquel que compartimos hace días, aunque buscó más esas bibliotecas de arquitectura especial.