En esta segunda entrega sobre iluminación en fotografía artística hablaremos sobre los emplazamientos de los focos o fuentes de luz y sobre los cinco tiros de luz más utilizados en el mundo de la fotografía. Teniendo en cuenta estas sencillas indicaciones, no tendrás ningún problema a la hora de trabajar en la iluminación de tus sesiones de fotografía o en tus rodajes en estudio.
Comenzaremos tratando los cuatro emplazamientos que nos quedaban para después ocuparnos de los tiros de luz:
- Contraluz: Sirviéndonos de la posición de Luz lateral y elevada, añadiremos un efecto contraluz en el ángulo contrario de la zona de la luz principal. De esta manera podremos destacar bastante el perfil que quedaba en sombra y destacaremos el caracter más ancho del rostro. Esta táctica suele ser empleada para destacar la zona de la mandíbula y evocar el aspecto más rudo o masculino de nuestro personaje. Sin embargo deberemos de tener cuidado porque a menudo esta técnica de contraluz desaparecerá si el cabello de nuestro personaje recoge la luz antes de que llegue a la zona del rostro. En caso de que el ángulo de acción del contraluz quede muy atrás del modelo, puede que aparezcan varios destellos en nuestras fotografías, pero podremos hacer frente a este problema a través de un parasol en el objetivo, esto nos ayudará bastante. Dependiendo del resultado que estemos buscando variaremos la potencia de la luz secundaria, os recomiendo que utilicéis un una intensidad de diafragme superior a la luz principal. También podremos modificar el ángulo de incisión de esta luz secundaria para probar diferentes resultados. El efecto de contraluz en los cabellos será mucho más potente cuanto más clara sea la tonalidad del cabello.
- Iluminación de fondo circular: Si trabajamos sobre un fondo bastante oscuro o incluso negro, esta técnica nos ayudará a perfilar el rostro de nuestros modelos y la sensación de profundidad y tridimensionalidad se realzará. Si trabajamos sobre un fondo negro tendremos mucho más margen de maniobra para trabajar en la tonalidad de esa luz, podremos aplicar filtros y demás de una forma mucho más controlada. Sin embargo, si trabajamos con fondos claros y sobre todo blancos, perderemos el control en este sentido y nos será más difícil. En cualquier caso, lograremos atraer la atención de nuestro público en el círculo de luz.
- Iluminación de fondo degradado: Muy parecido a la opción anterior, solo que en esta ocasión trabajaremos en la iluminación para crear un fondo degradado. Graduaremos fácilmente nuestro gradiente modificando la distancia entre la fuente de luz y el fondo. Es lógico que en el proceso aparezcan halos de luz residuales en el personaje que podremos aprovechar para crear un efecto de gradiente también en su rostro.
- Iluminación completa: Para lograr este resultado deberemos combinar los esquemas de luz lateral principal elevada, contraluz y fondo degradado. Esta técnica es una de las más empleadas porque aporta matices expresivos en nuestro personaje al mismo tiempo que trabajamos el fondo.
Tiro de luz: Deberemos trabajar en la iluminación con al menos dos focos. Uno de ellos hará el papel de luz primaria (es decir ésta dirigirá el chorro de luz más potente) y el segundo arrojará una luz más suave que tendrá la función de suavizar las sombras generadas por el primero. Esta última se encargará de ocupar las sombras. Hay dos formas básicas de emplazar unos focos. En primer lugar, colocaremos ambas fuentes de luz a los lados del protagonista de modo que cada una de ellas choque en una zona corporal sin que nunca lleguen a ocupar el campo de la otra. Se dispondrán entonces, de una forma simétrica sin llegar a unirse. Por otro lado, también tendremos la opción de que la luz secundaria se encargue de trabajar la iluminación en la totalidad del personaje, mientras que la principal sólo incida sobre uno de los lados. También es viable que intercambiemos el papel de ambos focos, es decir que el haz del principal inunde toda las escena mientras que el secundario se centre en una parte concreta, pero obviamente en esta segunda alternativa obtendremos un contraste mucho menos acusado. A continuación os presento cinco alternativas básicas para trabajar en la iluminación de un rostro:
- Luz lateral: Marcará el perfil del rostro. La luz lateral deberá graduarse siempre teniendo cuidado de no quemar la imagen. Al ser una luz arrastrada puede desvelar los mínimos defectos de la propia piel o del maquillaje que presente nuestro personaje. Podremos minimizar la incidencia de la luz general, de este modo podremos trabajar con mayor facilidad la zona de sombra del lateral. En este caso no tendremos problemas con brillos pues se trata de una iluminación lateral.
- Tres cuartos estrecha: Si giramos la figura hacia la luz principal lograremos que ésta recaiga sobre ambos lados. Este tipo de iluminación es aconsejable cuando nuestro objetivo es resaltar la anchura del rostro, siendo bastante desaconsejable cuantro la forma del rostro con que trabajamos es alargada.
- Mariposa: Giraremos a nuestro personaje hasta situarlo sobre la luz principal de una forma frontal, con esto lograremos que la experiencia sea más viva, más alegre y más iluminada. Este efecto dará lugar a una forma similar a una mariposa bajo la nariz y de ahí viene su nombre.
- Tres cuartos ancha: Este tiro es el aconsejado para tratar los rostros más alargados y aparece como resultado de continuar girando a nuestro personaje hasta que llegue un punto en que la luz se posa en su mayor potencia en el lado más cercano a la cámara. Con esta opción obtendremos un resultado en la texturización de la piel bastante discreto y con un tratamiento de los colores bastante regulado.
- Luz partida: Lograremos este efecto colocando a nuestra protagonista en medio de ambos focos. El resultado será dos luces rozadas, es decir dos fuentes de luz que se posarán sobre ambos perfiles desvelando en ambos lugares cualquier imperfección.
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