Gemma Alpuente: el instante detenido en las resinas

Hay artistas que trabajan con el tiempo como si fuera arcilla, y Gemma Alpuente es una de ellas: su obra captura ese segundo en el que la materia cambia de estado y queda, literalmente, suspendida. Desde una práctica a caballo entre la pintura y lo instalativo, su investigación con resinas, pigmentos y soportes no convencionales congela un movimiento real que ya no avanza ni retrocede.

En paralelo al universo plástico de Alpuente, el patrimonio histórico español continúa latiendo con noticias de restauración, hallazgos y reaperturas: castillos, iglesias románicas, monasterios góticos y rutas vuelven a ponerse en pie. Este texto recorre ambos mundos: la alquimia contemporánea de Gemma y un amplio panorama del legado medieval que se cuida, se investiga y se comparte.

Gemma Alpuente: biografía, impulso y riesgo

El instante detenido: resinas, expansión y química del color

Gemma investiga el tránsito entre estados: lo fluido que se expande, la mancha que parece derramarse y, de repente, queda solidificada. Trabaja con resinas de distinta naturaleza, microcemento, metacrilato, impresión 3D o neón, materiales que potencian un gesto que se vuelve volumen, borde, relieve y brillo. El proceso es la pieza: la reacción exotérmica acelera las partículas y genera una expansión que la artista guía, predice pero no controla del todo.

Ese movimiento se corta cuando la química termina su curso: “las manchas que se desprenderían, no lo hacen; el líquido, en lugar de evaporarse, se queda”. Al mezclar pigmentos con aditivos y resinas, la pintura triplica su tamaño, cambia su consistencia y hasta su estética, como ocurre en las pinturas en 3D de Riusuke Fukahori. No es una ilusión de movimiento, sino una captura verídica de una transformación en curso, casi como una secuencia de fotogramas detenidos en un punto exacto.

La obra no simula avanzar: presenta un estado real de una materia que estaba cambiando y fue fijada en el tiempo.

El color es lenguaje y energía en su trabajo: degradados sutiles que resbalan, masas matéricas que reclaman espacio, veladuras frente a espesores. La artista “eleva” la pintura, la desprende del soporte, la coloca en el aire mediante las mezclas con resinas que la convierten en otra cosa. Ese juego entre intuición y cálculo, emoción e ingeniería ligera, atraviesa su método desde el inicio, que ella vive como una meditación activa.

Hay un desafío de fondo: tensionar las leyes que rigen lo que vemos. Si la materia pudiera regirse por otras reglas, quizá estaríamos ante “universos alternos”. El resultado es poético y físico a la vez, y deja un eco: la sensación de que el tiempo puede plegarse en la superficie de una obra.

Formatos generosos, referentes y exposiciones

En gran formato, su cuerpo se vuelve herramienta a escala: la obra la rodea y le permite una gestualidad amplia, libre, menos cerebral. En tamaños pequeños, reconoce que su parte racional entra antes, y lo que sucede es otra experiencia. En lo estético, se reconoce cercana a la abstracción postpictórica, el expresionismo, el dadaísmo y el constructivismo, con resonancias de Lynda Benglis, Jackson Pollock o Helen Frankenthaler, entre otros.

Además de su destacada muestra en Galería Cuatro, Gemma ha formado parte de colectivas clave: Art Madrid con Canal Gallery, y “Después de la DANA. Poéticas de la resiliencia” en Fundación Chirivella Soriano, junto a Juan Olivares, Rubén Tortosa, Regina Quesada y Hugo Martínez-Tormo bajo comisariado de Rafael Tejedor.

En lo institucional, presentó una individual en el Centre d’Art Contemporani Taller d’Ivars de Benissa, un espacio de dos plantas, antiguo taller de muebles rehabilitado; y participa en “La huella de la DANA en la práctica artística” en el Centre del Carme, en València, con vocación de permanecer hasta 2026. En el ámbito universitario, se incluye en la itinerante “Danada, diseñando la adaptación, experiencias para un futuro resiliente” (UPV, Programa GLOCAL 2025, Fundación Mainel y The Human-Tech Nexus Erasmus+).

Para seguir su agenda, se puede visitar su web: gemalpu.com, donde documenta procesos y piezas con gran transparencia.

DANA, pérdidas y reconstrucción: el estudio como espacio vivo

El 29 de octubre, el desbordamiento del río Magro en Algemesí pilló a Gemma trabajando, ajena a la magnitud de lo que sucedía fuera. Aceptar que gran parte de sus obras podían estar bajo el barro fue un impacto. Al día siguiente, al entrar por fin en el local, comenzó el difícil duelo material y la toma de decisiones urgentes.

Acostumbrada a registrar en vídeo su día a día, subió un primer montaje para contar sin filtros la realidad de quien vive por y para el arte. Necesitaba centrarse: “prefiero no hacer scroll” durante un tiempo y enfocarse en avanzar. La reconstrucción llega por fases: asumir la destrucción del espacio, vaciar y limpiar el barro con agua a presión, rescatar lo salvable, despedirse de lo perdido y desinfectar cada rincón. Semanas después, la sensación de repetición persistía, con la frustración de ver que el proceso se estiraba.

La ola de apoyo fue enorme: subastas benéficas y rifas solidarias impulsadas por Josune García (@inthemoodforjos.art), Luz Linares (@luzllinaresarte), Fidelitas Arte (@fidelitasarte) o el proyecto ‘Labienhecha’ (@soylabienhecha), entre otras manos amigas, y un eco mediático que visibilizó el golpe de la DANA al tejido cultural. Una manera directa de ayudar, recuerda, es adquirir las obras supervivientes: saldrán a salvo del estudio y testimoniarán lo vivido.

Panorama vivo del románico, gótico y patrimonio: restauraciones, hallazgos y aperturas

Mientras la creación contemporánea corre, el patrimonio medieval se cuida y se activa. A continuación, un repaso amplio –y necesario– por las acciones que están devolviendo vigor a castillos, iglesias y museos de nuestra geografía.

Castillos, murallas y fortificaciones

Castillo de Villalba (Cebolla, Toledo): entra en la Lista Roja de Hispania Nostra por su deterioro. Sufrió expolio de ladrillos en las esquinas de sus torres, erosión en bases y una grieta en la torre suroeste; de planta rectangular, con torres en paños y puerta de medio punto, su historia pasa por romanos, musulmanes, Templarios y nobleza castellana, hasta llegar a los actuales condes de Deleytosa.
Muralla medieval de Oviedo: desbloqueada la restauración del tramo de la calle Paraíso. Las obras (726.000 €) abarcan 300 metros de fortificación y hasta 8 m de altura: poda de maleza, estudio petrológico, fotogrametría, eliminación de elementos añadidos y consolidación de piedras, con especial cuidado para no alterar el alzado original.
Castillo de San Esteban de Gormaz (Soria): primera fase dentro del 1,5% Cultural (400.000 €) para consolidación y puesta en valor. Intervención en 72 m del lienzo noroeste, con levantamiento topográfico, fotogrametrico, prospección con georradar, reparación del sustrato rocoso y de paramentos, y mejora de accesos y señalización.
Fortaleza de La Mota (Alcalá la Real, Jaén): reabre en horario de verano, con días gratuitos para empadronados, itinerario dirigido, códigos QR y aforos controlados. Se activan también planes de recuperación turística con experiencias “auténticas”.
Castillo del Rey (San Vicente de la Barquera, Cantabria): obras para atajar humedades en sala de exposiciones e intervención en la pared rocosa con mallas metálicas. Fortaleza de 54 m de largo, muros de hasta 2,5 m, torre del homenaje pentagonal y murallas que conectaban con la villa medieval.
Castillo del Berrueco (Torredelcampo, Jaén): en marcha su consolidación, con final de obra previsto para julio. El Ayuntamiento activó obras de emergencia sin expropiación y la inversión se repercutirá a la propiedad; fortaleza islámica del siglo XII y Bien de Interés Cultural.
Muralla árabe de València (El Carmen): licitación de la recuperación del tramo mejor conservado en plaza del Àngel, con centro de interpretación y jardín evocador del exterior de la medina; presupuesto de 3,4 millones y clara vocación de regeneración urbana.

Iglesias, monasterios y retablos

Santa María la Real de La Hiniesta (Zamora): apertura turística coincidiendo con el 75º aniversario de su declaración BIC. Templo gótico con fases constructivas entre 1290 y 1347; horarios de verano y visitas programadas.
San Xillao de Lobios (Sober, Lugo): restauración de pinturas murales por casi 70.000 €, con desmontaje de retablo para acceder al conjunto, limpieza, tratamientos contra biodeterioro, consolidación y reintegración cromática.
San Martín de Rejas de San Esteban (Soria): obras para atajar humedades (36.225,86 €). Drenajes, saneado de muros, sustitución de morteros por cal, inyecciones de resinas epoxi en sillares y lámina de plomo para aislar la pila bautismal.
Jaramillo de la Fuente (Burgos): proyecto de cambio de cubiertas para frenar filtraciones en la iglesia románica de la Asunción, BIC desde 1991, con financiación FEDER al 50%.
Palacio episcopal de Diomondi (O Saviñao, Lugo): rehabilitación con control arqueológico continuo para convertirlo en albergue del Camino de Invierno, con posibilidad de excavaciones si se detectan vestigios relevantes.
Fitero (Navarra): la cabecera de cinco ábsides de la iglesia parroquial, joya románica de una “simetría asimétrica”, luce su monumentalidad; una estampa única en la plaza local.
Roda de Isábena (Huesca): tareas de mantenimiento y prevención para la reapertura de su catedral; atención especial a la talla románica de la Virgen de Estet, y cesión de piezas a la exposición Lux Romanica en Graus.
San Vicente de Pombeiro (Pantón, Lugo): la Xunta licita por 270.000 € actuaciones para reducir humedades, cambiar la cubierta, renovar carpinterías y rejuntados. Basílica de tres naves y cabecera triple, con retablo mayor del XVIII y murales (Santa Cena, Lamentaciones, Juicio Final) restaurados anteriormente.
San Pedro de Caracena (Soria): restauración de la galería porticada por 46.949 €, con reparación de cubierta y fijación de fustes que presentan holguras; pórtico románico de nueve arcos (dos perdidos) adosado a templo del XII.
Molinos (Teruel): la iglesia gótica de Nuestra Señora de las Nieves sufre goteras graves; el párroco reclama intervención de urgencia, y el diagnóstico del Gobierno de Aragón cifra en medio millón la reparación integral, señalando a la propiedad como responsable del mantenimiento.
Valdediós (Asturias): a las puertas de la salida de las Carmelitas Samaritanas (16 de julio), el Arzobispado busca nueva congregación para el monasterio. Reapertura a visitas con aforo controlado, mientras conviven San Salvador (siglo IX) y Santa María (XIII).

Museos, exposiciones y rutas

Museo Diocesano de Jaca: reabre con recorrido único, aforos por sala, mascarilla obligatoria y códigos QR. Custodia una de las mejores colecciones de pintura mural románica del mundo y activa visitas guiadas a museo y catedral con reservas.
Patrimonio Nacional: reapertura del Monasterio de Las Huelgas (Burgos) y el Real Monasterio de Santa Clara (Tordesillas) con horarios adaptados, entradas online y días gratuitos programados.
Lux Romanica (Espacio Pirineos, Graus): exposición que aúna discurso histórico, patrimonial e identitario, con piezas como la mitra de San Ramón, San Juan de Roda, Virgen del Puy de Sos, pinturas de San Antón, ménsulas, crismón, píxide y lipsanotecas. Abierta hasta finales de septiembre.
Ribeira Sacra: regresan las rutas guiadas, con visitas nocturnas a petroglifos en Sober como novedad, cupos limitados y reservas previas; recorridos por Sober, Pantón, O Saviñao, Chantada y Carballedo, cumpliendo medidas sanitarias.
Monegros mudéjar: ruta no oficial pero recomendable por iglesias de Poleñino, Torralba de Aragón, Alcubierre, Leciñena y Perdiguera, con torres macizas y potentes, cuevas bajo los templos, Rosario de Cristal en Perdiguera y ascenso a San Caprasio como techo de la sierra.

Hallazgos, crónicas y curiosidades

Virgen gótica en el Sar (Santiago): pescador aficionado localiza una talla sedente con Niño y ángeles, probablemente del XIV y del denominado gótico gallego, tallada en granito y pensada para pared. Se trasladará al Museo das Peregrinacións para su estudio.
Erik el Belga (René Alphonse van den Berghe): fallece en Málaga a los 80 años. Ladrón de arte célebre, se entregó en 1982, colaboró en la recuperación de 1.500 obras y quedó en libertad en 1985 por prescripción de delitos; plasmó su vida en “Por amor al arte”.
Palencia y sus “aliens”: en la portada de los Reyes, dos figuras extraterrestres esculpidas en 1995 durante la restauración, idea del arquitecto Fernando Díaz-Pinés para datar culturalmente la intervención; están a 20 metros, discretas, y hoy son anécdota famosa de la “bella desconocida”.
San Juan del Hospital (València): fenómeno de la “corona de luz”: la ojiva superior proyecta ocho círculos que se desplazan por la nave en función de la estación. Un guiño a cómo románico y gótico trabajaban la iluminación solar.
Loarre, plató medieval: el castillo vuelve al cine con “Los Caballeros de Santiago”, docuficción de Ana Martín que recorre 800 años de historia de la orden, con medidas sanitarias en rodaje y paradas en la Aljafería, Madrid, Asturias y Cuenca.

Planes directores y proyectos urbanos

Alcalá de Guadaíra (Sevilla): la Comisión de Patrimonio avala el Plan Almena II hasta 2030, que articula investigación, rehabilitación y uso del recinto fortificado. Intervenciones en la Torre Mocha, explanada de Santa María, Casa del Alcaide, murallas y accesos, con criterios materiales unificados.
Cabanyal (València): licitación del Centro Cívico (2,4 millones, cofinanciación FEDER) en naves que evocarán barracas, con vocación de regeneración social y cultural e integración de población gitana e inmigrante, y salas para teatro y exposiciones.
Cáseda (Navarra): rehabilitación de viviendas medievales anexas a la ermita de San Zoilo y creación de sala multiusos cultural; el conjunto, BIC desde 2001, acogió peregrinos entre los siglos XVI y XVIII. La puerta de la ermita se restauró vía aportaciones vecinales (MECNA).

Iconografía y calendarios medievales

Guadalajara conserva dos mensarios románicos completos, rareza en España. En Beleña de Sorbe, uno de los arcos de la portada muestra los meses con escenas agrícolas y de vida cotidiana, desde la matanza del cerdo hasta la cena navideña, con un ángel al inicio y una cabeza de negro al final como marcas simbólicas. En Campisábalos, el friso se dispone en horizontal y, singularmente, se lee de derecha a izquierda, quizá por manos mudéjares; además de labores agrícolas, incluye caza y justa caballeresca.

El patrimonio, igual que la obra de Gemma, habla de tiempo: ciclos, estaciones, trabajos y ritos. En ambos casos, hay una pulsión de permanencia frente a lo que cambia, ya sea en piedra o en resina expandida.

Este viaje cruzado por el arte contemporáneo y los vestigios medievales deja claro que la materia guarda memoria: una mancha detenida puede contar tanto como un ábside o una muralla rescatada del olvido, y el cuidado –en taller o en obra– convierte cada pieza en un lugar al que volver.