Como cualquier otra historia de logotipos de grandes marcas, Ford no se queda atrás en el cambio desde su inicio como marca. Y es que todos conocemos el actual logotipo y se nos viene a la cabeza la imagen de uno de los coches más icónicos del mundo americano. Y es que esta marca crecida en Detroit, Míchigan tiene todo el estilo que representa a la sociedad estadounidense. Henry Ford, su creador y de donde proviene el nombre de la compañía, inició su actividad en 1903. Esta es la historia del logotipo de Ford.
La innovación continua de la compañía, hizo que se expandiese pronto. Controlando marcas como Aston Martin, Jaguar o Land Rover, que a día de hoy ninguna es de la propiedad de Ford, pero que le amplió la posibilidad de otros mercados como el Europeo o el australiano. La compañía de la que si tiene propiedad es Troller, que tiene su sede en Brasil. La propiedad de Ford sigue siendo de la familia aunque una parte minoritaria ya que cotiza en la bolsa de Nueva York y sus acciones están repartidas entre distintos inversores. Eso sí, tiene la mayoría de votos para la toma importante de decisiones dentro de la marca.
Ford fue la primera compañía que creó el famoso modelo en T, donde empezó a colocarse el volante en el lado izquierdo del coche. Algo que han imitado muchas compañías alrededor del mundo (a excepción del mercado británico o países como Surinam o Nueva Zelanda entre muchos otros). Ford ha creado infinidad de modelos de coches y ha vendido más de 6 millones de unidades entre todos ellos solo en un año. La compañía registró unos 144 millones de ingresos en el año 2015. Empleando también a más de cien mil personas alrededor de todo el mundo de forma directa e indirectamente.
El primer logotipo
Cuando nació la marca en 1903 se creó un logotipo en blanco y negro con las letras de Ford Motor Co. Acompañadas de la ciudad y el Estado donde se creó la compañía. Este logotipo fue creado por el ingeniero asociado a Henry, Harold Willis. Lo crearon con un estilo muy similar a la imagen de empresas que había por la época. Teniendo en cuenta su año, tampoco había una capacidad de diseño como el actual. Esta limitación también iba más allá del color y podemos imaginar como sería a impresión. Una chapa metálica que tendría un gran peso.
De hecho el óvalo tenía unos remates, que parecian plateados. Mucho más elaborados que la tipografía, que estaba creada con una característica Bold que se identificaba bien. Pero igual que todos los primeros logotipos, duraron poco para mejorar su comercialización.
Una vez que la marca ya vendía sus primeros coches, pasó a un logotipo totalmente minimalista donde ponía Ford. Con una letra a mano, con trazos más elegantes en cursiva. Esta tipografía era muy identificable y la colocaron en diseños de coche con modelo T. Pero era demasiado sencilla, puesto que en 1912 volvieron a cambiarla para dar una identidad propia.
Crearon un logo pretencioso en 1912, que incluía ahora sí el característico color azul oscuro, con la forma de un pájaro hacia arriba, con las alas desplegadas, bajo el lema ‘The Universal Car’ (traducido literalmente como ‘El coche universal’). En lo que respecta a la tipografía ya no volvió a cambiar desde la creación en 1906, pero este logotipo no tuvo mucho éxito. Por esta razón y según la propia empresa «duró poco» en el mercado, sentando las bases de lo que sería el posterior logotipo y definitivo. (Aunque esta duración fue mayor que las anteriores ya que estuvo 15 años en el mercado, ahora seguro que cotiza en alza un coche con esta insignia).
El óvalo azul
Desde 1927 que remodelaron el logotipo, primero sin color y posteriormente añadiendo el color azul, la marca Ford recogió un prestigio a nivel internacional. Primero sobre negro, con el óvalo y luego, para dar una identidad propia escogieron el color ‘Royal Blue’. Desde entonces el logotipo no ha sufrido grandes cambios en su diseño, más allá de una modificación superficial de colores y adaptación de formas.
Estas pequeñas modificaciones se deben claramente a la adaptación a los nuevos formatos y reglas de diseño que se adaptan a los nuevos públicos. Tras 100 años, en su aniversario, decidieron modificarlo, en el año 2003, donde el diseño había cogido forma a través de degradados y sombras. Ahí lo cambiaron, incluyendo una tonalidad más oscura y añadiendo sombras a las letras de ‘Ford’. Y desde entonces no recibió ninguna modificación hasta el año 2018.
Esta modificación como las anteriores no es muy llamativa, pero si que eliminó toda profundidad del logotipo, como marca el diseño actual. Este diseño que hemos podido ver en otros logotipos de renombre como en Nissan o Firefox que hemos visto como han pasado de algo 3D a unas líneas básicas para representar su imagen. El llamado diseño flat y aunque este cambio fue solo una estética por fuera, también tuvieron proposiciones para cambiar las letras.
Desde Ford decidieron que no era lo acertado ya que son las letras icónicas de la marca. Estas siguen representando la fiabilidad y poder de una marca con más de cien años que sigue en lo más alto del automovilismo.
Conclusión
La compañía ha ido evolucionando y ganando cada vez más mercado, con los medios que tiene, lo lógico es tener una imagen de marca a su medida. Es acertado que no hayan modificado la tipografía, puesto que tiene una identidad propia. Pero después de una evolución de tantos años si que hubiese necesitado modificar ciertas líneas que tienen demasiado grosor o no consiguen una terminación unificada con la letra.
La marca sigue siendo icónica dentro del mundo del automovilismo pero un error ha sido no adaptar ese nuevo logotipo al propio coche, algo que desliga de su imagen más moderna en un entorno digital, donde si se produce ese cambio. De hecho, los errores de este logotipo pueden verse a niveles pequeños como puede ser el favicon de su web, donde solo colocan la ‘F’.