Es posible que hayas pintado un cuadro y que haya algo que no te acaba de gustar. Pero no sabes qué es. Puede que sea la composición del mismo.
Existen una serie de técnicas y reglas para lograr un equilibrio en tu obra y que sus elementos encajen a la perfección. A continuación te propongo algunas de ellas:
Utiliza reglas de composición
Es importante que, cuando te enfrentes al lienzo en blanco, encuadres cada uno de los elementos que quieras pintar, de tal forma que haya un equilibrio entre las distintas partes del mismo, así como un punto focal (algo a lo que le queramos dar especial importancia, destacando sobre las demás cosas).
Para lograr dicho equilibrio podemos utilizar la regla de los tercios. Ésta consiste en dividir el lienzo en tres filas y tres columnas con las mismas proporciones, creando cuadrantes. El punto focal es recomendable dibujarlo justo en el cuadrante del centro, pues es al que primero va a dirigirse la vista. Nuestro horizonte podemos dibujarlo en cualquiera de las líneas horizontales que hemos creado. Los objetos secundarios deben estar diagonales al objeto del punto focal.
Crea contraste
Las diferentes figuras del cuadro tendrán una serie de sombras propias y reflejadas (puedes aprender más sobre este tema en este post anterior). Es fundamental crear un contraste, zonas de mayor claridad y zonas de mayor oscuridad, para que el dibujo no quede plano.
Ten en cuenta tamaños y contornos
Ponle atención a la profundidad del paisaje, dibujando más pequeños los objetos que estén alejados de la mirada del espectador y más grandes los más cercanos. Si además, creamos contornos irregulares y los ponemos cerca de contornos regulares, los objetos van a llamar notablemente la atención.
Cada pintor tiene sus propias técnicas, ¡busca información y aprende sobre aquel que más te guste!