Con toda esa vida digital que ha irrumpido en nuestro día a día, se está dejando la puerta abierta para la crítica y para mostrar de otra manera hacia donde nos estamos dirigiendo como raza.
Es Sergio Ingravalle el que lo muestra de forma provocadora con una serie de ilustraciones que dejan bien claro esos momentos en los que nos encontramos con contradicciones o simplemente estamos como un zombi atado a una pantalla.
La adición al trabajo o el interés a cada segundo por lo que habrán publicado otros en redes sociales, nos convierte en otro tipo de seres humanos. Ingravalle es capaz de ilustrar esos instantes desde otra perspectiva.
Con un estilo minimalista, esas ilustraciones recrean momentos del día en los que nos deshumanizamos y pasamos a casi ser meras líneas de código. Un lenguaje visual que aclara la tremenda visión que es el convertir nuestra cabeza en una jaula.
Ese regalo de anillo de bodas que se convierte en la tecla «Escape». El «No» que inunda la mayor parte del día mientras en la boca se suspira la afirmación. La contradicción propia de no saber hacia donde caminamos mientras nos deslizamos hacia nuestro propio desfiladero.
El juego del manejo de los valores de bolsa desde el poder, o como nuestra propia cama se puede convertir en una imagen perfecta para ilustrar la conexión inalámbrica, sobre todo en el camino hacia los sueños.
Una serie de ilustraciones que relatan momentos diarios que todos vivimos a día de hoy. Sergio Ingravalle utiliza mayoritariamente tres colores: el blanco, el negro y el rojo. Predominante este último para mostrar la violencia que se está sobreviniendo.
Os dejamos con su Instagram, su Facebook, su sitio web y el enlace a otro artista que también sabe golpear bien en las mentes.
Sé el primero en comentar