René Magritte fue uno de los más grandes artistas belgas del siglo XX. Un pintor abocado a acercar a la realidad desde una perspectiva diferente, con un estilo figurativo único. Las obras de arte de René Magritte representaban ideas, buscaban jugar con el misterio y con elementos fantásticos y de ensueño. El espectador está ante un desafío con cada obra de Magritte, por eso este artículo explora las piezas más reconocidas.
Se trata de algunas de sus obras de arte más emblemáticas. Piezas que se han convertido en verdaderos iconos del arte figurativo y de la estética belga del siglo XX. Algunas son piezas fácilmente reconocibles, como El hijo del hombre, mientras que otras claramente reflejan su estilo e intenciones, pero han sido un poco menos expuestas.
El hijo del hombre, obras de arte de René Magritte
El cuadro más famoso y reconocido del pintor belga. Es, además, una de sus obras de la etapa más madura ya que lo realizó en 1964 pocos años antes de su fallecimiento en 1967. Como en otras obras de su producción, el misterio es una de las claves.
De acuerdo a su concepción, la realidad es una entidad con múltiples capas que el propio ser humano debe desentrañar. El hijo del hombre indaga entre las apariencias más cotidianas y domésticas de las cosas, y lo que sugiere una ordenación inusitada.
En este caso puntual, un hombre común y corriente, pero cuyo rostro aparece cubierto por una manzana. El hombre es una representación clásica del hombre burgués de aquella época. Con su gorro bombín, una corbata roja y su abrigo. Pero el rostro es una manzana, un elemento cargado de simbolismo, porque representa el conocimiento y el castigo a Adán y Eva según el relato bíblico.
¿Qué significa El hijo del hombre de Magritte?
Sobre la interpretación de esta obra, hay quienes creen que representa la falta de identidad del hombre en la cultura de masas. Otros, sostienen que la obra representa al hijo de Adán eternamente condenado a la tentación por el pecado de su antepasado.
Los amantes
Otra de las obras de arte de René Magritte que se cuentan entre las más famosas. Los amantes es una obra que llega en su época de experimentación con la representación de la realidad. Utiliza un estilo fiel al mundo real, pero cargado de simbolismo.
Vemos a dos amantes con velos pegados al rostro, besándose. El significado de la obra alude a un amor prohibido o a escondidas, pero muchos elementos de esta obra son fácilmente reconocibles. Hay dos seres humanos, un cielo, velos que cubren y ocultan la identidad. Los expertos que analizan la historia y obra de Magritte indican que los velos pegados al rostro de las personas también dan cuenta de un momento puntual en la vida del artista.
Cuando el pintor tenía 13 años su madre se suicidó. Se arrojó al río y la imagen de la ropa húmeda, pegada a su cuerpo, lo acompañó durante mucho tiempo.
La condición humana
La reflexión acerca de lo que significa ser humano está muy presente en toda la obra de René Magritte. Por eso, la pieza denominada “La condición humana” siempre ha sido reconocida como una de sus más notables trabajos.
Pertenece a su época de consagración artística, cuando explora las herramientas del movimiento surrealista pero con su propio toque. Esta pieza utiliza como base el tema de “cuadro dentro del cuadro”, algo que se volvió parte de la tradición pictórica desde Las meninas de Velázquez.
En esta pieza de Magritte el lienzo representa el mismo paisaje que se está viendo desde la puerta. Hay una reflexión acerca de la condición humana desde el propio título, referenciando a teorías filosóficas de la corriente existencialista. Otras interpretaciones también ven el dualismo de Pláton en la obra, con un mundo de las ideas (el verdadero) y otro tangible (el mundo real que habitamos).
Prohibida la reproducción (El retrato de Edward James)
René Magritte y sus obras de arte exploran diferentes técnicas y temáticas. En este caso, la posibilidad de generar un engaño visual y provocar al espectador. Magritte apuntaba a sacudir a su audiencia, a sacarlos de una actitud pasiva para que se acercaran a sus cuadros y se divirtieran buscando el significado, el guiño y los aspectos cuidadosamente elaborados de cada pieza.
La obra muestra un retrato de Edward James, un escritor surrealista y amigo de Magritte. Pero jugando con el espectador, no se ve un retrato realista y fidedigno, sino que vemos la espalda del escritor reflejada, mientras que su libro se refleja correctamente.
René Magritte juega entonces con la imaginación y con la realidad, representando además las formas en las que se construye identidad en el mundo moderno. El ser humano enfrentado a esa imagen de uno mismo que debe armarse a partir de la mirada del otro y de los propios deseos.
El terapeuta
Quizás una de las obras de arte de René Magritte que más interpretaciones ha generado. El terapeuta es una pintura de 1937. En ella vemos a un hombre cuya mitad superior es una jaula que está cubierta por una manta y un sombrero.
La imagen es una alegoría del terapeuta, un personaje que en el siglo XX empezó a ganar fuerza ante el aumento de profesionales en psicología. La representación que hace Magritte es de este carácter de salvador y sanador espiritual del terapeuta. Un individuo con la capacidad de liberar las mentes, atrapadas como palomas en una jaula.
¿Quién era René Magritte?
Este prolífico pintor europeo nació en Bélgica en 1898. Estudió durante dos años en la Academia de Bellas Artes de Bruselas y desde pequeño ya se dedicaba al dibujo. En sus principios diseñaba papeles pintados y carteles, pero empezó a experimentar con la pintura en pleno auge de la vanguardia surrealista.
Su objetivo: revelar los misterios de la realidad a través de la imaginación. “Mis cuadros son una manifestación visual de la poesía” solía decir. Vivió por un corto período en París durante 1927, recibiendo fuertes influencias del movimiento surrealista y luego avanzó hacia una exploración aún más profunda del inconsciente. En 1930 regresa a su país de manera definitiva, realizando trabajos publicitarios para ganarse la vida. De perfil bajo, siempre defendió la libertad en el arte y formó parte de varios grupos vanguardistas.
En 1965 el Museo de Arte Moderno de Nueva York realizó una retrospectiva de su obra, siendo uno de los primeros reconocimientos grandes que recibió internacionalmente. Lamentablemente, por complicaciones de salud murió dos años después a los 69 años de edad.