¿Alguna vez, como profesional, te has enfrentado a un proyecto para hacer un packaging personalizado? ¿Has sabido hacerlo o te has quedado mirando una caja y pensando en cómo hacerla más atractiva y, sobre todo, reconocible para la marca sin usar el logo de esta por todas partes.
Si tú también te lo estás preguntando, o si has llegado aquí en busca de respuestas, a continuación te vamos a dar todas las claves que debes saber para llevar a cabo un packaging personalizado con éxito. ¿Quieres saber cómo?
Por qué el packaging personalizado no es tan fácil como parece
Imagina que tienes a un cliente que te ha pedido hacer un diseño de empaquetado porque quiere que sus envíos online sean únicos y originales. Lo más seguro es que hayas visto el logo de la empresa, los colores de esta y le digas que use cajas con esos colores, que plasme el logotipo por todos lados y, como colofón, que use cinta de embalar también con su logo.
Pero, ¿realmente eso sería efectivo? Sin duda el logo va a estar en todas partes, no hay duda, pero, cuando se hace un diseño demasiado recargado ocurren dos cosas: una, que la gente deja de prestar atención a lo que intentas que mire, con lo cual no lo reconoce; y otra, que puede causar rechazo, sobre todo si es una tienda «especial» que no se quiere que otro sepa que ha comprado algo en ella (por ejemplo, las tiendas eróticas).
Por eso, a la hora de llevar a cabo un proyecto de packaging personalizado, hay que tener en cuenta que las cajas personalizadas a diseñar no implican que se plasme lo más posible el logo para que lo vea por todos los ángulos. Tampoco es que hagas un diseño que no vaya acorde con la empresa. ¿Entonces? Hay que evaluar, investigar y darle al ‘coco’.
Cómo diseñar un packaging personalizado
Diseñar un packaging personalizado no es fácil. Lo hemos dejado claro. Pero eso no quiere decir que sea imposible. De hecho, los profesionales que se dedican a esto tienen una especie de hoja de ruta para saber, siempre que les llega un encargo, cómo deben proceder con él. Y eso mismo es lo que tú tienes que aprender a hacer. ¿Cómo? Te lo explicamos paso a paso:
Investiga
Si acabas de hablar con tu cliente, sabrás cuál es la empresa, tienda, marca… que tiene y es posible que cuente con presencia en Internet, ¿verdad que sí? Pues toca investigarlo a fondo.
Mira su web y saca los colores que lo definen; lo mismo con su logo.
Revisa cuál es la forma de comunicación que tiene, el estilo visual, etc. Incluso si dispone de un manual de identidad, pídele que te lo mande para leerlo entero porque ahí es donde puedes encontrar mucha de la información que vas a utilizar para crear el diseño de packaging personalizado.
Crea el diseño gráfico
Este debe cumplir una serie de normas, como son: que sea acorde con la marca (en cuanto a colores, estilo visual, etc.); que sea sencillo y directo, si es posible, lo más minimalista posible (ya sabes, menos es más); que llame la atención.
Para ponerte un ejemplo. Imagina que tu cliente es un vivero de plantas. Su logo es un cactus y sus productos principales son estos, junto con las suculentas.
Pues bien, un diseño de packaging personalizado podría ser que la caja esbozara una ilustración de un jardín solo que, en lugar de estar decorado con las típicas plantas, lo has hecho con cactus y suculentas. Al igual que pasa en un jardín de verdad, no se debe recargar, y eso es lo que haces con el diseño.
Además, debes dejar espacio, bien para poner el nombre del vivero, bien para colocar una frase relacionada con ese producto. Por supuesto, también has de dejar espacio para las etiquetas de envío.
Pero cuando el cliente reciba la caja, el simple hecho de verla así, hará que ya antes de abrirla le parezca una experiencia única.
Por supuesto, algunos lo que hacen es combinarla con un empaquetado interior, bien del producto (que también podría entrar dentro del diseño de empaquetado personalizado) o con su alrededor (colocar papel decorado para proteger el producto).
Piensa siempre en materiales sostenibles
Muchos clientes son conscientes de que hay que ayudar al medio ambiente. Así que cuando reciben un pedido lo que quieren es poder reciclar todo lo que a ellos no les sirva. Pero si envías los productos con materiales que no se pueden reciclar pueden sentirse culpables de «dañar al planeta».
Solo en casos específicos (botellas, productos de cristal o muy delicados, etc.) debes usar materiales más complicados, como plástico, burbujas, etc. En el resto de casos apuesta por el papel, cartulina, cartón, etc.
Usa herramientas para hacer un packaging personalizado
Como profesional, el programa Photoshop o Illustrator puede ser el mejor acompañante para llevar a cabo este proyecto. Pero no son los únicos, puesto que hay otras opciones, como puede ser Canva o herramientas que ponen a disposición de los clientes las imprentas que se dedican al packaging personalizado.
Te ayudarán a crear un diseño más limpio, pero, sobre todo, a que te hagas una idea de cómo va a quedar en una caja tu diseño. No solo te servirá a ti, sino también al cliente ya que, al verlo, puede sentirse más identificado con un diseño o con otro.
No te quedes con el primer diseño que se te ocurra
A la hora de diseñar el empaquetado personalizado, no te quedes solo con la primera idea que se te ocurra. Lo mejor es crear varias y dar un tiempo prudencial para, al analizarlas, saber si conviene hacer cambios, si quedaría bien, etc.
Esto has de hacerlo siempre antes de reunirte con el cliente para presentarle los diseños que mejor casen con la marca que van a representar. Así, tendrás un filtro antes de darle tus ideas al cliente. Y con lo que te diga el cliente, podrías incluso crear un nuevo diseño combinando aquello que le ha gustado de cada opción que le has dado.
¿Alguna vez has hecho packaging personalizado? ¿Cómo llevaste a cabo el trabajo?