Paisaje pintado en un tronco de madera por Alison Moritsugu

Esta pieza artística o creativa juega con algo bastante esencial como es el utilizar uno de los leños cortados de un árbol seco para trasmitir el paisaje verde en el que ese mismo árbol podría formar parte de la espesura verde que se encuentra pintada.

Una de las cualidades de trabajar en el lateral de un leño de madera es como este va abriéndose dejando paso a esas hendiduras que le permite crear un efecto bastante extraño y particular como si la propia apertura del árbol participara en el diseño del mismo. Un paisaje pintado por la artista Alison Moritsugu y que nos lleva a otros espacios donde descubrir otros lienzos donde poder expresarnos si tenemos la habilidad de la pintura.

Con un sentido un poco oscuro por utilizar uno de esos árboles caídos para reproducir la belleza de un paisaje donde esos árboles son los protagonistas reales de ese verdor y esa naturaleza en su propia grandiosidad, ese lienzo utilizado como es la madera es una pieza creativa a resaltar.

Ese paraíso terrenal con ese estilo pictórico recordando la época del romanticismo donde la flora tomaba unos tonos de color en verde más llamativos y más artificiales, pero que buscaban ese significado a algo fuera de nuestro alcance cuando lo real es que lo tenemos delante de nuestros propios ojos.

La propia artista: «en mis pinturas en troncos, examino los paisajes pintados en los siglos XVIII y XIX. Esos paisajes, de artistas como Albert Bierstadt y Frederic Edwin Church, fueron arraigados profundamente en las construcciones políticas de su tiempo, mostraron a la Tierra como un posible Edén. Tomo esas imágenes fuera de su contexto familiar, y las pinto directamente en leños de madera con la corteza intacta. La sensación de nostalgia o celebración es rodeada por la evidencia de la destrucción.»

Tenéis su sitio web y una exposición que mostrará su trabajo muy pronto en Nueva York.

En madera tenemos el trabajo en el tallado de Peter Demetz.