Todos los que formamos parte del mundo creativo como profesionales parecemos ser reacios a todo aquello que tenga que ver con el mundo comercial y el marketing. Solemos pensar que el concepto de marketing lleva implícita la mentira, el engaño y que detrás de una campaña consistente se encuentra un producto o un servicio de baja calidad. Pero esto no tiene por qué ser así. De hecho en la mayoría de los casos no es así, esto no es más que un mito.
La ausencia de ética profesional o la calidad de un producto o servicio no tiene por qué estar reñida con el marketing, al menos no de una forma negativa. Generalmente cuando se crea una identidad consistente y atractiva, detrás suele haber un creativo apasionado por lo que hace. Además, es un hecho que el currículum vitae como tal está desapareciendo. En la actualidad, cuando una empresa valora tu posible contratación lo primero que hace cuando recibe tus datos es rastrear toda la información que pueda extraer sobre ti a través de la red. Teniendo en cuenta esto, tiene mucho más sentido la importancia del personal branding (marca personal) y la influencia tan poderosa que puede ser para cualquier profesional.
Tu marca personal es lo que eres, es lo que puedes llegar a aportar y una garantía de calidad. Por esto, si aún no has desarrollado tu sello te voy a proponer unos primeros pasos muy básicos para empezar a construir tu plan de marca y tu estrategia de acción:
- Si no sabes dónde vas, acabarás en otra parte: Podemos situarnos en la linea de salida y poner todo de nosotros para el esperado despegue, pero todo esto deja de tener sentido si no hemos establecido un lugar de destino más o menos claro. Toda estrategia se construye focalizando un fin. Si no hay fin, no hay estrategia y todo se convierte en una pérdida de energía, tiempo y un desgaste falto de sentido. Por ello pregúntate a dónde quieres llegar. Qué quieres conseguir detrás de todo esto: Desde un empleo concreto a tu primer empleo o incluso la independencia como profesional haciendo lo que te gusta.
- Uno tiene que ser algo para poder hacer algo: ¿Sabes lo que eres? ¿Te has definido? ¿En qué sector te encuentras y qué es lo que se te da mejor? Como si de un producto se tratase, cuando nos diseñamos a nosotros mismos tenemos que concretarnos y situarnos. Eso sí, ten en cuenta que esto no significa necesariamente que debas construir un perfil rígido y limitante. Si eres una persona polifacética y puedes ofrecer buenos servicios en diferentes áreas esto podrá convertirse en un componente diferenciador. Puede que haya muchos diseñadores gráficos, pero no hay tantos diseñadores gráficos que también sean productores audiovisuales, por ejemplo.
- Tu reflejo habla de ti: La imagen que proyectamos de nosotros es tan importante como los valores internos que hay detrás de su construcción. Hay un dicho que dice que no existe un mismo libro que lean dos personas. Esto representa muy bien lo que estamos viendo. Tú vas a definir un patrón, una figura, una obra de ti mismo, pero lo que los demás perciban de tu construcción variará dependiendo de muchos factores. Nadie te percibirá nunca de la misma forma, pero tu objetivo será acercarte a esto en la medida de lo posible. Se trata de poner nuestra mirada en el exterior y observarnos, incluso pedir consejo. Estudia la imagen que estás creando desde diferentes perspectivas y verifica si tu ejercicio comunicativo realmente ha sido eficaz. Si has logrado transmitir el mensaje y crear un espacio único.
Como podéis ver se trata de tres líneas maestras muy generales, abiertas y que en realidad están enfocadas a un prisma más psicológico. Lo que pensamos e ideamos va a ser el caballo de batalla para poder desplegar todas nuestras herramientas. Ordena tus pensamientos y tus objetivos. Una vez tengas esto hecho, tendrás un 70% del trabajo hecho. El resto sólo será trabajar haciendo lo que te gusta y con la sensación de que todo tiene sentido. ¡A por ello creativos!