El Pixel Art vuelve a estar en auge gracias al impulso recibido por parte de los videojuegos para móviles. Como estos funcionan en dispositivos móviles con baterías de duración limitada, el Pixel Art es perfecto para que esta no se consuma mucho y el juego tenga un aspecto atractivo. Para realizar creaciones en ese tipo de arte tan peculiar existen magníficas herramientas de diseño online. Una de ellas es Piskel.
Este editor es relativamente sencillo de usar, haciendo muy sencilla la tarea de ir encajando píxel a píxel y formando imágenes poco a poco, para crear una nave espacial o el personaje protagonista de un videojuego, por ejemplo. Nuestra destreza y nuestra imaginación son las que marcarán los límites.
¿Qué es el Pixel Art?
El llamado «arte de píxel» es una disciplina artística que, mediante el uso de un ordenador y un programa gráfico de edición, permite crear imágenes elaboradas píxel a píxel.
La era dorada del Pixel Art tuvo lugar durante la época de desarrollo de las primeras videoconsolas y los más primitivos juegos para móviles y ordenadores. Hay que decir que en esos momentos más que una forma de arte era la única solución gráfica que estaba disponible. Con la evolución de la tecnología digital, el Pixel Art acabó siendo desplazado por otros medios gráficos que permitían crear imágenes cada vez más perfectas y realistas que incluso llegaban a poner en ridículo los logros gráficos de los primeros videojuegos.
Parecía que el arte del píxel había quedado enterrado en la historia para siempre. Sin embargo, la nostalgia y el gusto por lo retro hizo que el Pixel Art fuera rescatado del olvido hace unos años por jóvenes artistas. Creadores con talento que han sido capaz de conseguir dominar y mejorar las técnicas para conseguir nuevas formas de expresión. Y todo eso, píxel a píxel.
Así funciona Piskel
Antes de empezar con Piskel, es necesario dejar claro que siempre vamos a sacar más provecho de este programa si ya contamos con ciertas habilidades artísticas previas. Por ejemplo, si somos buenos dibujantes, conocemos la teoría del color o tenemos conocimientos básicos de la historia del arte, nuestro rendimiento será lógicamente mucho mayor.
También hay que saber que para conseguir una buena obra de Pixel Art con Piskel o mediante cualquier otro editor similar hace falta ser minucioso y paciente. Se podría decir que este es casi un trabajo de artesanía.
Una interfaz con muchas opciones
Piskel nos permite crear una imagen previa en tiempo real del trabajo que vamos realizando, es decir, que observamos nuestros avances en todo momento. Tiene una interfaz muy sencilla dotada de una serie de herramientas que todos conocemos bien y que simplifican el proceso de trabajo para que podamos conseguir esa obra de arte que queremos expresar.
Algunas de las herramientas que vamos a encontrar en esta peculiar mesa de trabajo son el lápiz, el lápiz espejo para conseguir dibujos simétricos, el bote de pintura para rellenar superficies, el borrador, la mano o la varita para mover las figuras dibujadas, los aplicadores de luces y sombras, las formas rectangulares o circulares, por ejemplo. Además, algunos de los lápices nos dejan seleccionar el grosor medido en píxeles, claro: uno, dos, tres e incluso cuatro píxeles.
En definitiva, un montón de opciones con las que vamos a poder definir todos los detalles de nuestro personaje o paisaje pixelado.
No es tan difícil como parece. Si estás familiarizado con otros programas de editor de imágenes, es fácil aprender el manejo de las herramientas de Piskel. Incluso si solamente has usado el primitivo Paint, pues la idea es la misma.
Imágenes y animaciones
Con Piskel, nuestras creaciones pixeladas cobran vida. Solo hay que añadir un nuevo frame (duplicar la imagen) y dibujar a nuestro personaje en una posición distinta: corriendo, saltando, moviendo la cabeza, sonriendo… Y ya está, hemos obrado el milagro del movimiento.
A veces es suficiente con introducir un pequeño cambio para conseguir un efecto impresionante. Lógicamente, cuantos más frames usemos, más lograda quedará la animación, aunque en el universo del Pixel Art se aplica a rajatabla el viejo dicho de «menos es más». La simplicidad es parte del encanto de las imágenes pixeladas.
Una vez que tenemos definidos los cambios, podremos escoger la forma en la que se va a mostrar la animación (o el sprite, si usamos el lenguaje técnico apropiado). No es complicado, pues en todo momento está disponible una vista previa en tiempo real para ver cómo va quedando todo.
Guardar y compartir nuestras creaciones
Piskel también nos brinda la posibilidad de guardar todos los trabajos realizados e incluso mostrarlos en una galería pública, (aunque por supuesto también existe la opción de guardarlos de forma privada). Solo hay que introducir una descripción y pulsar el botón de «Guardar».
La animación de imágenes nos brinda la posibilidad de crear GIFS animados, los cuales podremos compartir después. Otra opción interesante es la de importar imágenes externas y convertirlas en imágenes pixeladas que, por supuesto, también podremos modificar a nuestro gusto con las herramientas mencionadas antes.
Versiones offline
Hay que señalar también que, en caso de no querer o no poder trabajar en la edición de Pixel Art con conexión a internet, Piskel ofrece la posibilidad de descargar versiones offline para Windows, Mac OS y Linux. Esto es especialmente interesante cuando estamos enfrascados en una obra que requiere mucho tiempo y dedicación, para no depender de estar conectados a la web.
Conclusión
Piskel es una herramienta completa y fácil de usar con la que un artista imaginativo y habilidoso puede crear auténticas maravillas. Totalmente recomendada a los nostálgicos de los juegos y la iconografía digital de la década de los 80, aunque también para los aficionados a lo retro.
También es un instrumento muy práctico para poner a prueba nuestra creatividad y mostrar nuestras dotes artísticas en el mundo del Pixel Art y de la animación de personajes. Si te atrae esta forma de arte tan simple y a la vez tan fascinante, Piskel es el mejor modo de empezar a practicar y expresar tus ideas. ¿Te atreves a probarlo?
Jorge Mata