La fotografía minimalista es una de las variantes de este arte tan particular. Al igual que otras manifestaciones artísticas denominadas minimalistas, en las fotos, se trata de simplificar a los sujetos retratados y escenarios hasta su esencia misma. Las fotos minimalistas eliminan los excesos mediante líneas limpias, espacios vacíos y dejando únicamente en el centro los elementos esenciales de cada captura.
A la hora de encarar la fotografía minimalista, hay que pensar en el sujeto o escenario a retratar, y el contexto adicional. Los que utilizan este estilo o técnica, tienden a reducir la presencia de elementos extra. Lo que más importa es aquello que forma parte del corazón y la esencia de la fotografía. Así, aún mostrando poco, se llega a la mayor profundidad sobre lo que se quiere retratar.
¿Cómo surgió la fotografía minimalista?
La fotografía minimalista surge a partir de la pintura y la escultura abstracta extrema que se extendió a finales del siglo XX. Destaca por los patrones geométricos sencillos, las líneas fuertes y los campos pintados con colores puntuales. Los artistas creaban obras que no referenciaban el mundo real, pero se representaban a sí mismas. Los fotógrafos de este estilo adoptaron el énfasis por la sencillez y la composición con elementos limitados. Estos principios son la base de una fotografía que, desde lo mínimo indispensable, retrata el mundo real.
A la hora de crear tus propias imágenes minimalistas, hay que tener seguridad respecto de las escenas que atraen tu atención. Es un enfoque que centra la atención del espectador en un objeto puntual, un sujeto singular. Elimina el ruido blanco que distrae o lleva el foco a otras partes o elementos. Pensando en la fotografía minimalista y en cómo trabajar desde esta técnica, el propio instinto es un elemento fundamental. Así como otras técnicas y consejos que exploramos en el siguiente apartado del artículo.
Centrar la atención en un sujeto u objeto
El principal protagonista de cualquier fotografía minimalista es el sujeto u objeto que quieres retratar en su esencia misma. Este estilo fotográfico suele ser austero, la importancia del sujeto es la más notable a comparación de otros estilos. El sujeto debe ser interesante, para que la imaginación de los espectadores vuele y construya, a partir de tu captura, una representación y una historia que se narra mediante la imagen.
Presta atención a la composición
Otro aspecto fundamental para una buena foto minimalista es la composición general de la escena. Elementos como el encuadre y los ángulos toman un mayor protagonismo cuando no tenemos alrededor ningún elemento decorativo adicional. La clave está en que todos estos elementos atraigan la atención hacia el sujeto. Encontrar el equilibrio en la fotografía minimalista es probar reduciendo al mínimo indispensable los elementos en escena, hasta que haya equilibrio y el resultado sea atractivo de acuerdo a tus propios intereses. Mueve la cámara, juega con el enfoque hasta encontrar la imagen que más te transmita con menos.
La regla de los tercios
En lo que refiere a la composición general de una foto, puede servir seguir la regla de los tercios. Determinante para una buena fotografía. Es un esquema que ayuda a dividir la foto en una cuadrícula de tres líneas verticales y mover el encuadre hasta que el sujeto esté posicionado en la intersección de dichas líneas. Si bien las reglas pueden servir como guía, también es posible trabajar de forma más libre o tomarlas meramente como una referencia.
Disminución de la profundidad de campo
Utilizando una profundidad de campo baja, puedes lograr que la atención del espectador se centre en el sujeto u objeto, pero desenfocando el fondo. Se puede lograr ampliando la apertura, ingresando más cantidad de luz en el sensor, o aumentando la distancia entre la cámara y el sujeto, para luego acercarse más a este último. El fondo aparecerá borroso. Si además hay luces atrás del sujeto y una profundidad más corta, se crea un efecto bokhe donde los puntos de luz se convierten en círculos borrosos.
Experimenta con la exposición
Además de la ampliación de la apertura, existen otras maneras para que ingrese más luz en el sensor de la cámara. La velocidad del obturador es otro de los parámetros que se pueden modificar con este fin. Así se genera una exposición más alta o fotografías más luminosas. A mayor exposición, el cielo nublado puede mostrarse blanco. A la hora de la edición, un método que se utiliza mucho en la fotografía minimalista es el de horquillado. Esta técnica consiste en tomar tres fotos. Una con la exposición adecuada, otra muy alta y otra muy baja. Luego, al editar es posible trabajar con los tres puntos de referencia para obtener el resultado más acorde a tus gustos e intereses.
Uso intencionado del color
El color es un gran aliado en cualquier fotografía, pero en el estilo minimalista cobra un protagonismo esencial. Algunos fotógrafos lo consideran una distracción, pero puede constituirse como una herramienta esencial en tu forma de ver y capturar el mundo. Si el color no desvía el foco de atención, vale la pena usarlo como un aliado para resaltar aquello que hace a la esencia misma del sujeto.
Compara fotografías
Otra técnica muy interesante para desarrollar el estilo minimalista es comparar trabajos de otros artistas. Mirar un catálogo y revisar colecciones de fotos minimalistas es casi un debe obligado para entender y ganar profundidad en el conocimiento y uso de la técnica.
Los entornos tranquilos son muy comunes y acertados a la hora de hacer paisaje minimalista. Puedes capturar escenas de playas, bosques o desiertos, recorrer callejones escondidos. Pero también se trabaja el minimalismo fotográfico desde los interiores o desde el marketing de productos.
Cada fotógrafo es un mundo, y la manera en la que plantean y juegan con aquello que ven, perciben y conciben, es parte del arte. La fotografía minimalista cada año tiene numerosos exponentes y sigue en crecimiento, siendo una de las ramas en las que se decantan las habilidades fotográficas. Dependiendo tu estilo, puede resultar interesante explorar sus alcances.