No habría que confundirse con la regla de los tercios para lo relacionado con el mundo del buceo, y el mismo término, pero centrado en la organización militar. Aquí nos vamos hacia el punto central de este blog, relacionado con el diseño y todo lo que tenga que ver con el mundo del arte en toda su amplitud; incluso jugamos con lenguajes de programación, programas, y distintas formas de darle mayor entidad a ser un creativo.
La regla de los tercios, al igual que conocimos hace unos cuantos días con la Proporción Aúrea y usar una regla de medida para buscar la proporción más «bella» para los ojos del espectador, es una guía que se aplica al proceso de la composición de imágenes visuales, tales como pueden ser diseños, películas, pinturas y fotografías. De esta forma, podremos tener una base en la que ir posicionando los distintos elementos para que sean colocados sabiamente a través de esas líneas y sus intersecciones.
La regla de los tercios
Todo aquel que defiende esta regla de los tercios, suele referirse a ella como una excelente forma de alinear un sujeto a aquellos puntos que son capaces de crear más tensión, energía e interés en la composición que aquella de centrar el enfoque en el sujeto.
Una fotografía nos sirve como el mejor ejemplo para expresar rápidamente el principio de esta regla. Tenemos un atardecer en la imagen con un árbol que sería el sujeto principal de la fotografía, pero que se deja un poco hacia la derecha para lograr una composición de mayor armonía, que si estuviera en el centro mismo de la captura.
El horizonte se asienta en la línea horizontal que divide la tercera parte inferior de la fotografía desde las dos partes superiores. El árbol se asienta en la interesacción de las dos líneas, a lo que se podría llamar como el punto de interés de la imagen. Aunque hay que decir que ese punto no ha de tocar alguna de esas líneas para tomar ventaja de la regla de los tercios.
Otro de los detalles es la parte de mayor iluminación del cielo cerca del horizonte, donde el sol está a punto de caer, pero no llega directamente a una de esas líneas, aunque cae cerca de la intersección de dos de las líneas, lo suficiente para que podamos hablar de esta regla y entenderla mejor de forma visual.
Podemos decir que esta regla se encarga de que vayamos entendiendo una mejor forma de componer una imagen visual. En vez de centrarnos en el sujeto, dejarle un poco a un lado, para que el resto de los elementos tomen un leve protagonismo y sean capaces de armonizar de tal manera que la captura o diseño tome mayor entereza. Las fotos panorámicas de paisajes ejemplifican esto mismo de la mejor forma cuando usamos la regla de los tres tercios.
Solamente hay que fijarse en la mayoría de las apps de cámara de smartphones, para darnos cuenta que nos permiten poner la rejilla de los tres tercios para así tener una guía que nos facilite las cosas a la hora de tomar fotos.
Algunos detalles a tomar en cuenta al componer
Otro punto clave es alinear al sujeto en las líneas de la guía y en sus puntos de intersección, para dejar el horizonte en la parte superior o en la línea inferior. Dejamos o dos terceras partes para el cielo, o una tercera parte para el mismo cuando componemos una imagen panorámica de un paisaje.
La principal razón de la existencia de la regla de los tercios es sacar al sujeto del centro, o prevenir que el horizonte divida la imagen en dos a partes iguales. Con esto en la cabeza, rápidamente podremos hacernos mejor a esta regla y aplicarla en un sinfín de trabajos para todo lo que tenga que ver con el diseño, arte, fotografía y más. También, teniendo en cuenta esta regla, podemos mirar de otra forma los planos cinematográficos de muchas películas que toman en cuenta a los tercios.
Si estamos en el caso de que estamos fotografiando a una persona, lo común es alinear la parte superior del cuerpo a la línea vertical y los ojos de la persona a una línea horizontal.
¿Cual es la historia de la regla de los tercios?
Nos tenemos que ir a 1797 para encontrarnos con John Thomas Smith. En su libro «Remarks on Rural Scenery», este hombre cita un trabajo realizado por Sir Joshua Reynolds, en el que se discute algunos términos nuevos y que tienen que ver con el claro oscuro en una pintura. Es aquí cuando Smith comienza con la idea de la regla de los tercios para que a día de hoy sea algo común en muchos tipos de trabajos.
Nos podríamos pasar a la filosofía al entrar en las palabras dichas por Reynolds en el que habla de dos distintos y luces iguales que nunca deberían de aparecer en la misma imagen. Lo que debería de ser es una principal y el resto «subordinadas», ambas en la dimensión y el grado. Unas partes no iguales y sus gradaciones dirigen la atención fácilmente de parte a parte, mientras aquellas de la misma apariencia se mantienen suspendidas de una forma un poco extraña.
Unas ideas que empezaron a concebir la regla de los tercios y que magníficamente son usadas por muchos artistas. Un concepto básico para el arte y del que hay que dotarse sin miramientos para que nuestros trabajos tomen otro significado, más que ir hacia lo aleatorio o lo creativo que pueda surgir de nuestro arte.
La práctica hace la maestría
Siguiendo esta base para la regla de los tercios, podemos acomodarla fácilmente en nuestro día a día para darnos cuenta que las fotografías que tomemos, empiezan a agrandarse en el significado y son capaces de prestarse a mostrar la armonía que pueda existir en esa escena que tomemos. Poco a poco iremos arraigándola sin que casi nos demos cuenta de que estamos usando esta regla en la mayoría de trabajos, sobre todo cuando queremos dejar al sujeto en un segundo plano y dejar que los demás elementos sean capaces de darle mayor sentido.
Parecerá una tontería en principio, pero a la larga iremos comprendiendo mejor la base filosófica y armoniosa existente en esta regla. Podríamos entender también que las reglas están hechas para romperse, pero sea como fuere, la verdad es que son numerosos artistas que nos muestran con su arte que no es así. Siempre podemos darnos la libertad de crear libremente, pero estas líneas nos pueden ayudar en ciertos momentos a vislumbrar esa idea que necesitábamos para la composición final. Son herramientas, al final de cuentas, que tenemos en nuestra mano para poder resolver todo tipo de problemas, y, sobre todo, cuando lo más creativo de nuestro arte no viene en nuestra ayuda.
La regla de los tercios en la fotografía
Debido al gran poder que tenemos en nuestras manos con la mayoría de smartphones que pululan en el mercado, esta regla básica se erige como una principal para la captura de bellas imágenes. En las fotografías de panorámicas, lo normal es posicionar el horizonte a la mitad de la composición, tal como hemos dicho anteriormente en el error que suelen cometer muchos. Lo que hay que hacer es emplazar al horizonte en una de las dos líneas horizontales. Otro aspecto a tomar en cuenta es incluir un objeto que pueda tomar algo de protagonismo en la foto. Podría ser un árbol en la parte superior para colocarlo en la regla de los tercios.
Ya hemos dicho que hay que colocar a las personas fuera de uno de los laterales del marco. Esto abre ese espacio más amplio y enseña el entorno del sujeto, lo que convierte en la imagen en una de mayor belleza si sabemos aplicar bien esta regla. En un retrato, sería la línea horizontal de los ojos del retratado la que habría que colocar sobre una de las dos líneas de la regla.
Otro truco para la fotografía, es si estamos ante un objeto bien alargado que podría dividir la imagen en dos, es mejor moverlo un poco hacia alguno de los laterales para que no pise alguna de las líneas verticales y dejar, de nuevo, ese espacio abierto que hace que la fotografía «respire».
En fotografías con sujetos en movimiento, hay que fijarse bien hacia dónde se mueven, para dejar ese espacio abierto que sea capaz de dibujar la trayectoria que tomará de forma acorde y sin brusquedades.
Y siempre, tendremos en los programas de edición la posibilidad de recortar la imagen para que cumpla la regla de los tercios sin mayores problemas. Algunos de los programas más populares, como son Adobe Photoshop y Lightroom, tienen las herramientas de recorte necesarias para dejar perfectamente colocado al sujeto basándose en todo lo dicho anteriormente y reflejar bien esa base de líneas.
Recordad que nos siempre se aplicará esta regla para toda situación, incluso romperla de forma sabia y creativa, puede dar como resultado una fotografía provocativa y que dé otros sentidos distintos a los que serían si usáramos la regla de los tercios.
Siempre que veo un artículo interesante sobre composición, como este, me fallan los ejemplos… Lo que me lleva a preguntarme si entiendes o no la regla que explicas…
Buen artículo! No tanto los ejemplos!