La retícula modular, es una rejilla que divide el espacio disponible en módulos, los cuales, medidos en altura y longitud por el número de líneas y palabras (Respectivamente) que caben en ellos, aseguran el alineamiento perfecto de textos e imágenes en el diseño.
Generalmente y desde hace mucho tiempo, el uso de la retícula modular se ha venido asociando a los procesos creativos del mundo editorial y web, y aunque en los últimos años las nuevas tecnologías están transformado completamente estos campos, hasta hace muy poco, la rigidez de estos entornos obligaba a establecer un orden en el área de diseño que proporcionara armonía y legibilidad al resultado final.
El diseño modernista y la Escuela Suiza
Sin embargo, el uso de estas retículas, más allá de consideraciones técnicas, ha venido a abanderar todo un estilo, representado fundamentalmente por los diseñadores modernistas, que tuvieron su más granada afiliación en la Escuela Suiza con nombres propios como los de Massimo Vignelli o Josef Müller Brockmann. Fue este último quien en 1968, publicó un manual de construcción de sistemas de retículas que, además de terminar convirtiéndose en una de las biblias del diseño gráfico de todos los tiempos, cambió por completo la el método de muchísimos diseñadores de todas partes del mundo y épocas, entre los cuales me hallo.
Diseño de Massimo Vignelli
Y es que, si bien en cualquier programa de estudios de diseño que se precie, el estudiante suele aprender a construir una retícula como iniciación a la maquetación de cualquier publicación, fue gracias a Brockmann que muchos descubrimos todo un concepto estético creado a partir de un recurso que imprimía belleza al orden, y ordenaba bellamente los elementos de la obra.
Diseño de Joseff Müller Brockman
Choque de estilos
Al igual que en el arte, la técnica y el estilo suelen ser motivo de controversia entre los creadores. Con la llegada de los últimos 70’s y durante los 80’s, que la necesidad de romper con las barreras y el orden, llevó al llamado Diseño Post-modernista a buscar la expresividad en el Caos. Con gente como Stefan Sagmeister o David Carson , el orden daba paso a la creación sin normas, el espacio sobrio y diáfano daba paso al punk, a la suciedad histriónica, a la ruptura de toda barrera.
Diseño de David Carson
Los grandes son los grandes
Más allá de enfrentamientos artísticos, hemos visto cómo el paso de los años ha dado numerosas posibilidades al creativo, que han enriquecido visualmente el mundo con una infinita variedad de resultados, pudiendo estos acomodarse más fácilmente, (En el caso del diseño gráfico), a las necesidades de cada cliente. Sin embargo, hay quien ha convertido su estilo en un arte con sello, provocando que sean los clientes quienes directamente acudan en busca de una pieza exclusiva para la promoción de su producto. Y es precisamente ahí, donde hemos podido comprobar cómo el diseño modernista y el uso de las retículas, han creado una estética atemporal y elegante que traspasa modas, perdura en el tiempo y sigue creando escuela. Y es que, ¿Quién no querría una pieza de Massimo Vignelli adornando su packaging? o ¿Dudaría cualquier departamento de imagen en utilizar una obra original de Ikko Tanaka para promocionar un evento?
Diseño de Ikko Tanaka
¡Anímate!
Si nunca lo habéis intentado, os animo a todos a pensar vuestras propias retículas, trabajarlas luego sobre un papel y utilizarlas cuando tengáis la oportunidad. Si sois amantes del orden visual, si disfrutáis con la simpleza que muestran esos diseños no recargados, con fuente Helvética y pocos colores, que juegan con los espacios en blanco buscando la armonía entre márgenes, textos e imágenes… Es muy posible que la retícula modular sea la herramienta que necesitáis.
Esta forma de trabajo requiere de un proceso no exento de complejidad, y esta era de ritmo loco (Y precios bajos) no nos suele dejar margen necesario para preparar nuestros proyectos como sería necesario. Pero, si en algún momento dispones de las ganas y el tiempo para generar un catálogo de retículas con tamaños más o menos estándares, al que poder recurrir en el momento de pensar un boceto, el tiempo consumido en alinear y ordenar cada pieza será menor, y los resultados por sí solos serán muy agradecidos.