Siempre buscamos etiquetar, identificar y los porqués de todo lo que nos rodea. De forma incesante intentamos entender y comprender lo que se sale fuera de lo normal o de lo que tenemos entendido como rutinario. Esa pretensión a veces consigue olvidarnos de la realidad que tenemos delante nuestra y esto, muchas veces, pasa en el arte.
Como si fuera un producto de un supermercado en el que la etiqueta te dice el precio, denominación de origen y composición, en muchas obras se marca esa misma maneara de encauzar en lo comprensible aquello que el propio artista no quiere que ni entendamos. Digamos que lo deja tal cual, como ese tercer brazo que Jane Radstrom pinta en esta especial y fina pieza artística llamada ‘Sam’.
En la primera mirada sobre la obra nos dirigimos hacia el conjunto que es en si la pintura de esta artista. Encontramos la delicadez, la pose y ese óleo que, aunque busca el realismo, se queda en expresar de otra forma ese aquietamiento y esa ternura de esa muchacha postrada en su lecho.
Entramos en detalles y ya vamos en esa búsqueda de la determinación y de lo que no encaja en la composición, esa tercera mano. Buscamos una respuesta rápida, será que quiere mostrar movimiento o que en entre esas distintas posturas mientras duerme, se encuentra esa otra que suele ser bastante ideal para cuando uno duerme unas buenas horas.
Ya estamos con las etiquetas y miramos con sospecha las razones y las razones de ese tercer brazo, pero si miramos el resto de su obra, entendemos que uno de los objetivos de esta artista llamada Jane Radstrom es la doble exposición en la mayor parte de sus obras.
Pasad por su sitio web para conocer el resto de sus óleos y seguir extrañándoos por esa inquietante forma de presentar a sus modelos.
Tenemos otro óleo desde esta entrada.