La psicodelia, si miramos la wikipedia, nos habla de un esfuerzo por proyectar el mundo interior de la psique que pueden ser considerados como «psicodélicos». También suele ser asociada al arte psicodélico, sobre todo en el pictórico y musical, que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XX. Es una forma de intentar evocar las vivencias propias de la experiencia psicodélica.
Uno de los componentes más notorios de la contracultura y que podemos ver en la publicidad, cine o la música con vocación underground. Es Alex Grey que con su serie de pinturas nos evocan a esa psicodelia para que nos quedemos prendados por sus ácidos colores y esa repetición de ciertos elementos como son esos ojos. Un arte que suele evocar a ciertos tiempos pasados en los que el uso de psicotrópicos estaban más extendidos.
Alex Grey es uno de los destacados artistas psicodélicos y entre sus obras destacan los temas que tienen que ver con la muerte. Sus obras han sido exhibidas por todo el mundo y la comunidad psiquedélica internacional lo tiene como uno de los portavoces más importantes del arte visionario.
No hace falta más que echar la vista a alguna de sus obras para encontrarnos ciertos denominadores en común como son esos ojos que pueblan algunas de sus láminas.
También construye un estudio del ser humano desde sus interiores para llevarlo antes temas más lúgubres como el mencionado de la muerte.
Un artista que intenta proyectar al humano a algo más de su cuerpo físico para buscar esa mente y energía que lo proyecta hacia lo intemporal y lo inefable.
Una búsqueda del yo y del conocimiento propio para entender donde se ha de situar uno para con el mundo. Grey juega con todos esos intereses y perspectivas para profundizar en la mirada del espectador curioso por conocer algo más de él mismo.