Si bien esto de lo que queremos hablarte te puede recordar mucho a las matemáticas (y no suele ser una asignatura que guste habitualmente), ¿te has planteado alguna vez cuál es el origen del símbolo infinito?
Es más, ¿cómo surgió? ¿Quién lo inventó? ¿Tiene relación con otro símbolo? ¿Hay otros que tengan el mismo significado que el símbolo de infinito que conocemos? De todo esto es de lo que queremos hablarte en este artículo.
Qué es el símbolo infinito
Si recuerdas algo de matemáticas, sabrás que el símbolo de infinito es en realidad un ocho acostado. Este término relacionado, como te decimos, con las matemáticas, hace referencia a algo que no tiene fin o no tiene límite.
¿Un ejemplo claro? Los números. Podrías estar contando años y años y nunca acabarías porque son infinitos.
Ahora bien, este símbolo no solo está relacionado con las matemáticas, sino también con la astronomía, con la filosofía o incluso con lo espiritual.
Quién inventó el símbolo infinito
Centrándonos en el símbolo del ocho tumbado, el autor y a quien le debemos este símbolo no es otro que John Wallis. Este matemático fue el que lo dio a conocer por primera vez cuando, en 1655 (siglo XVII), escribió la obra De Sectionibus Conicus, y donde, una de las anotaciones que hizo sobre el concepto de infinito, fue la de ese ocho tumbado.
Para él, ese icono era perfecto para representar a una cantidad muy grande, o sin límite. Sin embargo, lo cierto es que no tenemos ningún documento en que el propio matemático diera los motivos a por qué ese símbolo y no otro. Y esto ha dado lugar a tres teorías:
- Porque se asemeja al número romano mil. Para refrescarte la memoria, el número romano mil se escribía “CIƆ” y, si te fijas, y cierras todo ello, más parece un ocho tumbado, ¿a que sí?
- Porque era similar al uróboros. El uróboros, o ouroboros, es una serpiente dispuesta de manera circular que se muerde la cola. Es otro símbolo que significa infinito.
- Porque se inspiró en la omega minúscula. Esta es la última letra del alfabeto griego y sería como una metáfora del fin para el autor.
La verdad no podemos saberla ya, por lo que muchos optan por elegir una de las teorías principales para darle mayor sentido al símbolo que se escogió.
Curiosidades sobre el símbolo infinito
Ahora que conoces mejor el origen del símbolo infinito, estas curiosidades que hemos encontrado te llamarán mucho la atención.
El símbolo del infinito tiene un nombre
Pues sí, ese ocho tumbado en realidad tiene un nombre. Se le dice lemniscata. Este proviene del latín y significa «adornada con lemnisco». O dicho de otra forma, una cinta que se le ponía a atletas y otras personalidades para demostrar su valía, su poder, etc.
Ahora este nombre está más en desuso, de hecho, casi nadie lo conoce, de ahí que llame tanto la atención.
Relacionado con el ouroboros
Tal y como te hemos insinuado al principio, el ouroboros es uno de los símbolos que también representan el infinito.
Este se utilizaba en la iconografía egipcia y básicamente era una serpiente enrollada en un círculo que se mordía la cola.
Sin embargo, no es el único símbolo que significa infinito. También hay diseños de nudos celtas que tenían este mismo significado.
Un significado espiritual
Cuando te hemos comentado qué es el símbolo infinito te hemos dejado claro que no solo tiene relación con las matemáticas (donde más se utiliza), sino con otras áreas como es la espiritual.
Pues bien, debido a su gran parecido con el ocho, y a que espiritualmente los números tienen un significado diferente, en este caso se dice que el símbolo infinito es el del «iniciado».
Y el iniciado es aquel que ya ha pasado por las siete fases de despertar y de los siete cielos.
Así, simboliza la felicidad, el paraíso, la resurrección, la regeneración… Motivos por los que es uno de los símbolos que se relaciona tanto con el amor.
Está dentro de nosotros y en la naturaleza
¿Sabías que el símbolo del infinito está dentro de nosotros? Concretamente en la doble hélice de las hebras del ADN. Esta cadena, que por cierto es de figuras de ocho, es un claro ejemplo de lo cercano que es para nosotros este anagrama.
Pero también hemos dicho que está presente en la naturaleza. Y un ejemplo de ellos puede ser la forma en que el Sol se curva a lo largo del día, a lo largo de los días, semanas, meses y años. Los expertos han declarado que su forma es parecida a una lemniscata.
Ahora es un elemento del diseño gráfico
Si bien antes te hemos dicho que el principal uso que se le da al infinito es a nivel matemático (para hacer fórmulas y demás), lo cierto es que, desde hace un tiempo, también se ha convertido en un elemento del diseño gráfico.
Son muchos los logos que lo han incluido, como por ejemplo la bandera del grupo étnico de los métis canadienses.
El primer problema en torno al infinito es de Zenón de Elea
Pues sí, la fábula de Aquiles y la tortuga es el primer problema que planteó el filósofo Zenón de Elea en el siglo V antes de Cristo.
En ella se presenta al héroe heleno Aquiles como una de las personas más rápidas. Y, por otro lado, a la tortuga. Como esta es muy lenta, Aquiles decide darle ventaja, de tal forma que si él empieza en A y ha de llegar a B, la tortuga empezará en C (que es un punto intermedio entre A y B) para llegar a B.
Según Zenón, cuando Aquiles recorría una distancia corta, la tortuga ya iba por delante, y nunca podría ganarle por esa ventaja que le había dado. Claro que hay que tener en cuenta que las paradojas de Zenón a veces daban conclusiones absurdas.
Como ves, el origen del símbolo infinito es bastante antiguo. ¿Alguna vez te lo habías planteado? ¿Y usarlo como elemento de diseño gráfico?