Cuando vas a crear una marca personal, un negocio, una página web, una empresa o tu nombre en Internet lo normal es que pienses en algo que te represente. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es la profesión de poner nombres a las empresas?
Lo cierto es que existe esa profesión y tiene mucha importancia porque, como sabrás, elegir un buen nombre hace que tengas más posibilidades de destacar. Por eso, a continuación te vamos a hablar de este tema. ¿Empezamos?
¿Quién se encarga de poner nombres a las empresas?
Poner nombres a las empresas es un trabajo de profesionales. Por supuesto, cualquier puede hacerlo. Pero hay especialistas que se han formado y han estudiado sobre estos temas para que, cuando eligen un nombre, sepan que ese va a triunfar en el 90% de los casos (nunca puedes estar seguro al 100%, pero hablamos de un tanto por ciento alto).
Esas personas son las llamadas «namers». Un namer es un profesional del naming.
¿Y qué es el naming? Es un proceso por el cual se elige cómo se va a llamar un producto, una marca, un negocio… Estos profesionales están especializados en saber cómo elegir ese nombre de manera adecuada.
En el caso de los namers, son personas que tienen claro en qué deben fijarse y qué estudiar (tanto a nivel interno como externo) para determinar el mejor nombre, o nombres, para aquello por lo que se les contrata. Por ejemplo, imagina que, como creativo, quieres dar a conocer tu marca. Pero no quieres firmar con tu nombre original sino con uno específico.
Un namer estudiaría a la competencia, el sector, lo que tú ofreces y tu personalidad para sacar aquellas ideas que mejor vayan contigo.
Entre las características de un buen namer estarían:
- Productividad: son capaces de darte muchos nombres y en poco tiempo. Algo así como un brainstorming. Por supuesto, después hay que ver si sirven o no. Pero tienen una capacidad mental de pensar nombres rápidos y acordes con tu idea que otros no podrían.
- Exploran: en el sentido de que no se quedan solo en lo «habitual», lo «tradicional», sino que van más allá, incluso combinando para sacar algo nuevo o algo que se salga de lo habitual.
- Dominan el lenguaje: esto es importante porque estamos hablando de personas que que eligen nombres, y lo peor sería escoger uno que tuviera un error. Pero no hablamos solo de gramática, sino también de otros recursos de la lengua como la repetición, adición, segmentos lingüísticos…
- Saben trabajar bajo presión: porque encontrar un nombre no es algo sencillo de hacer. En realidad, por muchos nombres que encuentren, se enfrentan a que sean rechazados porque no gustan, y tienen que trabajar con la frustración, y utilizarla en su favor para conseguir ese nombre que convenza a todos.
¿Por qué es importante el nombre de una empresa?
Y ahora mismo te puedes estar preguntando por qué es importante el nombre. Al fin y al cabo, se puede cambiar. Pero, ¿realmente si Coca-Cola cambiara de nombre, ¿la seguirías viendo igual? ¿La llamarías por su anterior nombre o el actual? ¿Te haría sentir como que ha cambiado el producto?
Si lo piensas de manera objetiva, un nombre es una parte importante de una marca, empresa, negocio, tienda… Porque le da un sentido y algo con lo que identificarse. Por eso las empresas es difícil que cambien de nombre cuando ya están asentadas, y una odisea si lo hacen y les sale mal.
El naming, o el proceso para crear el nombre a un producto, servicio o empresa forma parte del marketing. Es decir, con este ayudas a crear una identidad de lo que vendes o haces. A su vez, se convierte en la tarjeta de presentación de ti mismo (de tu negocio, de lo que vendes, lo que haces…) y en cierto modo, también condensa todas las ideas y personalidad que quieras otorgarle.
¿Cómo crear el nombre de una empresa de forma eficaz?:
Ahora bien, ¿cómo es el proceso para crear el nombre de una empresa? ¿Qué hacen esas personas que ponen nombres a las empresas?
Ellos siguen un proceso y, entre los pasos que deben dar, y que tú también podrías dar para crear un nombre para empresas, marcas, etc. están los siguientes:
Estudia a la competencia
Lo primero es hacer un repaso de la competencia directa de ese producto, de empresas, servicios, marcas… Necesitan tener una idea clara de los nombres de los competidores, no solo para no repetirlos, sino para ver cuál es el patrón, si es que lo hay, a la hora de utilizar diferentes nombres.
Por ejemplo, puede darse el caso de que, en el sector de diseñadores gráficos, todos ellos utilicen un símbolo concreto para identificarse. Entonces, saben que este ha de estar presente porque es un icono universal.
Ten en cuenta el mensaje y la imagen que quiere que proyecte el negocio
Ahora necesitas hacer una investigación interna. Has de saber cuál es el mensaje y la idea que quieres que los demás tengan de ti.
Por ejemplo, si eres ilustrador y solo usa un bolígrafo para pintar, querrás que la imagen que tengan de ti sea la de un artista del dibujo a boli. No de lápices, acuarelas o pinturas. Sino de boli.
Te aconsejamos que te tomes tu tiempo para saber exactamente cómo quieres ser conocido, tu misión, visión, objetivos, mensaje (y cómo transmitirlo)…
Haz una lluvia de ideas
Una vez tienes lo anterior, es hora de hacer una lluvia de ideas, dejando que fluyan nombres por tu mente y apuntándolos todos. No censures ni uno solo. Ahora no es momento de eso, sino de dar la mayor cantidad posible de ideas para después analizarlas.
Los nombres cortos son más fáciles de recordar
De toda esa lluvia de nombres tendrás que analizar uno a uno y quedarte con el grupo que más esté relacionado con lo que buscas. Pero, además, la recomendación es utilizar nombres cortos porque son los más fáciles de recordar.
Ahora bien, no siempre es así. Todo dependerá de lo que te vamos a contar a continuación.
La pronunciación también se ha de tener en cuenta
Un truco de muchos namers, los profesionales del naming, es pronunciar en voz alta las opciones que les salen. Porque así pueden saber si se pronuncia bien, si suenan mal… Incluso crean frases cotidianas para ver si en un contexto el nombre iría bien o sería malsonante, ambiguo, que choque…
A qué público prestará servicios
Otro punto muy a tener en cuenta es el público al que te diriges. No es lo mismo que sea un público joven, que tiene un lenguaje; que uno para personas mayores (cuyo estilo es totalmente diferente del anterior).
Los servicios o productos que va a ofrecer
Por último, debes asegurarte de que los nombres que barajas están acordes con los servicios o productos a ofrecer.
Para que te sea más fácil entenderlo. Imagina que vas a vender un curso de formación de dibujo por ordenador. Y uno de los nombres que más te gusta es “Aprendibu”. Sin embargo, ese nombre es ambiguo y no define el producto que ofreces, que es dibujo por ordenador.
¿Te animas con lo que has aprendido ahora a estudiar para ser un profesionales de los que pone nombres a las empresas?