Dentro de la fotografía existen muchas técnicas, estrategias y trucos para conseguir un resultado mucho más profesional y que impresione. El knolling, que es una vertiente de la fotografía, está en auge pero no muchos saben exactamente a qué se refiere este término.
Por ello, hemos hecho una recopilación de información para que sepas de lo que hablamos y, sobre todo, para que puedas hacerte una idea de qué técnica es, cómo se hacer y algunos ejemplos prácticos. ¿Vamos a ello?
Qué es el knolling
Vamos a empezar por lo primero. Y esto es entender perfectamente el concepto de knolling. Pero lo vamos a hacer de una manera práctica. Entra en Amazon o en Aliexpress y busca un kit de herramientas.
Lo más seguro es que muchas de las fotos te presenten la funda o bolsa y al lado todos los productos que lleva ese kit, ¿verdad que sí? Es una forma visual de enseñarle al potencial cliente todo lo que va a tener si lo compra.
Pues esa técnica de fotografía no es otra que el knolling, una variante de la fotografía que también se la conoce como ‘bodegón cenital’.
El objetivo del knolling no es otro que presentar una serie de objetos, pero no colocados de manera desordenada; al contrario, han de estar muy bien ordenados y en algunos casos «destripados» para que se vea hasta la más mínima pieza de ellos.
Si somos más precisos, cada uno de los objetos debe estar a 90 grados entre sí, de tal forma que se crea una composición perfecta, llamativa, original y que sin duda destacará.
Cuál es el origen de la técnica
El creador de esta técnica de fotografía no es otro que Andrew Kromelow, un conserje que decidió ordenar todos los utensilios de un estudio de arquitectura de Frank Gehry para hacerles más fácil el trabajo a los trabajadores. Así que lo que hizo fue colocar todas las piezas organizándolo por tamaño, forma, etc. y los dispuso cada uno de ellos en un ángulo de 90 grados.
Obviamente, dejó una serie de instrucciones, razón por la que se sabe que fue el propio Kromelow el que bautizó a esta técnica como knolling, y aclaró todo lo que había hecho, y cómo lo había hecho, para sorpresa del arquitecto. Pero seguramente le sirvió para ser mucho más organizado de ese día en adelante.
Años después, Tom Sachs, un artista que estuvo trabajando con Gehry, conoció el knolling y decidió coger el concepto de esa técnica para crear una composición con belleza única. De hecho, se sabe que este artista uso la técnica para su propia obra creando un manifiesto, el ‘Always be knolling’ (ABK) donde daba los cuatro pasos que había que seguir para llevarla a cabo.
Tipos de knolling
Ahora que hemos dejado claro qué es el knolling y cuál es el origen de esta técnica, debes saber que con su evolución han salido dos tipos de knolling:
- El que junta elementos que son distintos pero que se relacionan entre sí por una idea o concepto. Por ejemplo, el kit de herramientas del que te hemos hablado antes, que permitía tener distintas herramientas (tijeras, cuerdas, palas, etc.)
- El que se basa en ‘destripar’. Un ejemplo de este tipo podría ser el de un ordenador que ‘destripas’ pieza a pieza mostrando todo lo que lleva hasta el mínimo detalle (chips, tornillos, empalmes, cables…).
Cómo llevar a la práctica el knolling
Como te hemos dicho antes, Tom Sachs sacó un manifiesto de cuatro puntos que explicaban de manera pormenorizada cómo debía llevarse a cabo el knolling. Y esos puntos son los siguientes:
- Buscar los materiales, herramientas, libros… que tengas por casa y que no se usen.
- Desechar lo que no se usa, incluso lo que nos crea inseguridad de si se usa o no.
- El resto de objetos hay que agruparlos por relación. Es decir, hay que buscar un nexo de unión de cada uno de ellos. Eso nos hará crear grupos.
- Ahora, en cada grupo, tienes que alinear todos los elementos en ángulo recto, y siempre en una superficie plana.
Otros artistas que han utilizado el knolling para sus obras
Desde que la técnica knolling se creara, allá por 1897, han surgido muchos artistas que la han llevado a cabo además de Tom Sachs.
Ejemplos de ello pueden ser Todd McLellan, Austin Radcliffe, Ursus Wherli o Emily Blincoe. Todos ellos disponen de libros en los que se pueden encontrar muchos ejemplos de sus composiciones artísticas, fotografías y demás artes con las que han prodigado en el knolling.
Realmente, hay miles de imágenes, o millones de ellas, que reflejan estas composiciones y pueden ser bastante acertadas a la hora de vender en un eCommerce, o de trabajar con branding para presentar al cliente los posibles diseños.
Cómo utilizarlo para presentar proyectos
Como creativo, cuando te llega un proyecto tienes que presentarle tu idea de la mejor forma posible a ese cliente. Y, a veces, muchos de esos proyectos te permiten jugar un poco con la composición.
Por ejemplo, imagina que tienes como cliente a un fabricante. Hacer una representación detallada de todos los componentes que lleva un producto puede ayudar a ofrecer una visión más original a sus propios clientes. Y al mismo tiempo al representar tanto, de forma ordenada y con una organización milimétrica resalta mucho más que si solo le enseñaras unas fotos del productos por todos los ángulos posibles.
Otro ejemplo puede ser con trabajos de branding. Cuando te piden un logo o el diseño de una marca personal, mostrar varios elementos con ese logo, como una especie de mockup, pero ordenado con la técnica knolling le da otro aire más profesional. Aun cuando no te hayan dicho que querían darle “realismo”, o que iban a usarlo en elementos de oficina o de merchandising, anteponerte a este puede ayudar a que vean el resultado mucho más fácilmente y que conecten con ese trabajo que has hecho.
Eso sí, prepárate para tener a mano una regla y controlar que todos los elementos estén bien ordenados y dispuestos en 90 grados para que la fotografía y el diseño final tenga el resultado que tú esperas.
¿Te queda ahora más claro qué es el knolling?