Desde que nos dejara he pasado por estas líneas en dos momentos para traer un tributo de una buena variedad de artistas al día de la muerte de David Bowie y un retrato fotorrealista de hace dos en el que pudimos conocer la técnica del dibujante que, por medio de los lápices de colores, nos trajo de nuevo la mirada de este artista, músico y actor.
Y no solamente se queda en lo que fue como un gran cantante y un actor que vimos en ciertas películas como Dentro del Laberinto, sino que también realizó sus propias pinturas convirtiéndole en un artista multidisciplinar. Esa versatilidad en distintas formas de expresión a través de distintas herramientas también le valieron para poder mutarse a si mismo y renovarse cada poco, otra de sus mayores cualidades.
Expresar ideas, emociones y sentimientos desde una práctica artística como la música, da otros puntos de vista y sentido que se puede aplicar perfectamente en la pintura, tal como demuestra en una variedad de obras en la que se inspira en pintores como Francis Bacon y otros.
Desde varios autorretratos a carboncillo hasta pinturas abstractas que demuestran un lado oscuro que no dejó de mostrar en muchos momentos de su vida. Una parte oscura que nos persigue a todos como esa sombra que proyectamos siempre cuando estamos en pleno día.
Bowie también tiene una serie de láminas dedicada a un viaje que hizo a África del sur donde conoció una historia sobre como las primeras tribus que vieron al hombre blanco presumieron que estaban siendo visitados por sus ancestros, ya que en su mitología aparecen con una forma fantasmagórica en blanco.
Podéis encontrar el resto de ilustraciones de Bowie desde esta web donde están una gran mayoría que muestran las elucubraciones más internas para ser expresadas a través de un medio tan especial como es la pintura.