Una de las consecuencias más notables de las numerosísimas actualizaciones que ha experimentado el Photoshop a lo largo de los años, es la diversidad de variaciones y formas por las cuales se puede llevar a cabo una determinada acción, sea unas veces para alcanzar un mismo resultado, otras para imprimir diferentes estilos a nuestra creación.
Seguramente, el caso del control de las luces y las sombras sea uno de los que más claramente ilustre este fenómeno. Hoy por hoy, son innumerables las maneras de controlar, dentro de una imagen, la cantidad e intensidad de las sombras e iluminaciones. Podemos hacerlo mediante curvas y niveles en el Camera Raw o en el Photoshop, mediante el control de los negros y los blancos de múltiples maneras, la manipulación del contraste, la luminosidad….
En este tipo de casos, yo siempre suelo aconsejar todas aquellas formas de trabajar que nos permitan un control personalizado de cada uno de los pasos, o, dicho de otra forma, la vía manual. Lo hago por varios motivos: Se nos ofrece la oportunidad de imprimir nuestro estilo personal a nuestras creaciones , nos acostumbramos a entender e interpretar mejor las imágenes y se multiplican los resultados posibles a los que podremos llegar.
Por ello, hoy me gustaría hablaros del control de las luces y las sombras mediante las herramientas de “Sobreexponer” y “Subexponer” que, aparte de todos los motivos ya expuestos, ayudan a conseguir un dramatismo a las imágenes-retrato muy particular, dotándolas de una fuerza especial y un cierto tono irreal.
Una fotografía está compuesta, básicamente, por luces y sombras. Aprender a modificarlas adecuadamente, es la mejor manera de lograr dotar de expresividad a nuestro nuestro diseño/creación. Por ello, este es un paso ineludible en todo proceso de manipulado de imágenes, se haga de esta forma o de cualquiera de las otras antes mencionadas.
Lo aprenderéis muy fácilmente mediante el siguiente tutorial, en cinco sencillos pasos:
Tutorial para Sobreexponer y Subexponer Luces y Sombras en photoshop
Abre tu imagen:
Abrimos nuestra imagen. Tened en cuenta, que en cuanto mayor resolución tiene una imagen, mejor será el resultado de toda manipulación que queráis llevar a cabo. Esto es porque el trozo de la fotografía con el que estéis trabajando (Una sombra de ojos, un pliegue de la ropa…) estará definido por un mayor número de píxeles. En este caso, utilizaré una foto importada de mi cámara, así que puedo contar con 300 ppp y un tamaño considerable. La utilizaremos para trabajar sobre el rostro del retrato, aunque recordad que este es un efecto muy valioso también para trabajar sobre pliegues de ropa, y sombras de todo el cuerpo.
Crea una nueva capa:
Creamos una nueva capa, a la que nombraremos “Luces”, le aplicaremos un modo de capa “Superponer”, y la rellenaremos con un 50% de gris, tal y como se muestra en la imagen.
Destaca las luces:
Con la herramienta “Sobreexponer” seleccionada, y variando a nuestro gusto el tamaño y opacidad del pincel comenzamos a pintar las iluminaciones de la imagen, siempre sobre la nueva capa creada en el Paso 2. Es recomendable ir ocultando esta capa y mostrándola cada poco para observar cómo va quedando el resultado de nuestro trabajo.
Otra nueva capa:
De forma similar a como hicimos en el Paso 2, creamos una nueva capa a la que llamaremos “Sombras”.
Crea las sombras:
Al igual que en el Paso 3, pero esta vez con la herramienta “Subexponer”, comenzaremos a trabajar sobre las sombras que deseemos resaltar de la imagen. Una cosa que tenéis que tener en cuenta, es que una imagen está plagada de luces y sombras, con frecuencia, hay muchas más de las que el ojo distingue a primera vista. Cada pliegue, protuberancia u orificio, suelen generar una sombra y una iluminación. Es por eso, que yo suelo recomendar acostumbrarse a utilizar el zoom, para localizar con mayor facilidad las áreas que queremos resaltar.
Resultado y nota final:
Comparad el resultado con la imagen original, recordad que siempre nos quedará la baza de modificar la opacidad de capa o los modos de fusión para malterar los resultados a nuestro gusto. Una vez hayamos finalizado, acoplaremos la imagen, en especial si nuestro trabajo está destinado a cualquier tipo de medio impreso, ya que con mucha frecuencia, las máquinas de impresión suelen modificar todo tipo de degradados en capas de ajuste.
Y ya está, como puedes ver, la imagen se dota de una mayor expresividad por sí sola, lo que suele ser de mucha utilidad para todo tipo de medios publicitarios en los que se pretende captar la atención del público mediante una imagen. Este forma parte de la gran cantidad de recursos, que hacen que de modo prácticamente subliminal, una fotografía genere interés.
Si el resultado no es de tu agrado, vuelve a intentarlo… ¡A volver a intentarlo! ¡Nada como ser perseverante para aprender!