Si usamos pinceles para pintar es por lo delicado que puede llegar a convertirse la punta de esta tan precisa herramienta que nos permite realizar los trazos más perfectos con una mano que tenga el pulso para realizarlo de forma alzada.
Pero donde Iris Scott nos lleva con sus pinturas es ante la técnica usada al nada más que utilizar la punta de sus dedos como el pincel o herramienta para pintarlas. Es la propia artista la que comenta como no existe nada entre sus dedos y el lienzo, tal como sí ocurre cuando usamos el carboncillo, un lápiz o un pincel.
También siempre se ha dicho que comer con las manos conlleva que los alimentos tengan más sabor. Deberá ser algo de la energía propia de nuestras manos por lo que Scott se decidió a probar suerte con estas pinturas al óleo bien impresionistas.
La artista participa de forma efusiva en un movimiento artístico llamado «Instinctualism», que muestra colores vibrantes, temáticas bien positivas y texturas que aseguran que el espectador pueda regocijarse con ellas.
Iris muestra también que en sus pinturas quiere que sean tanto una escapada a nuestra vida rutinaria como una intensificación de lo reconocible. La pintora usa normalmente más de 100 colores basados en óleo para diseñar una única escena. Scott primeramente aspira a mostrar el potencial escondido en los dedos que se pueden convertir en una especial herramienta para crear un mundo en el que los espectadores se consideren parte de él.
Scott tiene un propio libro donde enseña parte de su sapiencia sobre esta forma artística en la que en vez de usar los pinceles utiliza la punta de los dedos para crear obras de gran calidad y que llaman poderosamente la atención por su toque impresionista recordando a pintores clásicos franceses. Una obra muy viva y llena de color.
Si nos vamos a uno de los genios del impresionismo…
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Belíssimo trabalho. Potencializador na influencia de despertar um olhar para a pintura, para a composição. Vibrante mensagem, desperta, desacomoda o olhar.