Desde el domingo 23 de julio de 2023 se ha hablado mucho sobre Elon Musk y las polémicas decisiones que está tomando con respecto a Twitter, la red social que quiso comprar, luego se arrepintió y al final tuvo que quedarse con ella porque no le dejaron retractarse.
Por si aún no lo sabes, Twitter ahora no se llama así, sino que ahora es X. Concretamente, X Corp. Un rebranding radical que no ha conservado absolutamente nada de la esencia de la red: ni los colores, ni los iconos representativos (el pájaro) y que también augura por cambiar las denominaciones: tweets, twittear… Hablemos más de ello.
Qué ha pasado con Twitter y qué dice Elon Musk
Resumiendo mucho, Twitter ha cambiado de nombre y de logo. Ya no es Twitter ni tiene el icono de un pájaro blanco sobre un fondo azul. Sino que su nombre es X y su logo una X sobre un fondo negro.
En palabras de Elon Musk: «Esto no es simplemente una compañía que cambia de nombre y sigue haciendo lo mismo. El nombre de Twitter tenía sentido cuando eran mensajes de 140 caracteres yendo de un lado a otro, como el piar de un pájaro, pero ahora uno puede postear casi lo que quiera, incluidos videos de varias horas«.
Linda Yaccarino, directora ejecutiva de Twitter (ahora X), añadió: «Durante años, tanto los fanáticos como los críticos han empujado a Twitter a soñar más grande, innovar más rápido y alcanzar nuestro gran potencial. X hará eso y más».
Un cambio de nombre que puede no salir bien
Unos días después de que Elon Musk decidiera cambiar el nombre de Twitter por X (y que seguramente acabará por alojarse en el dominio x.com), algunos usuarios en España empezaron a sacar ejemplos de marcas que habían cambiado el nombre por completo a sus productos con nefastos resultados.
De hecho, uno de los que más nos llamó la atención fue Comtessa. Hace unos veinte años, la marca decidió cambiar el nombre de la Comtessa a Viennetta, y muchos vieron cómo el envase cambiaba (dejaremos a un lado la calidad y el tamaño). Pero, ¿realmente la llamábamos con su nuevo nombre? Pues no, esos veinte años siguió siendo para todos los clientes la clásica Comtessa.
Y fue tal lo que vio la marca que, finalmente, claudicó y volvió a darle ese nombre por el que todo el mundo se refería a ella.
En el caso de X esto puede suponer tres supuestos:
- Que los usuarios acepten el cambio de la red social: nombre, denominaciones, etc. y la sigan utilizando.
- Que se rebelen, y para ello sigan utilizando las palabras habituales en Twitter. Incluso pueden cambiar sus perfiles para mostrar una «resistencia» del pájaro azul frente a los colores de X y a la desaparición de estos.
- Que se vayan. Ya pasó cuando se supo que Elon Musk estaría al frente de Twitter. Muchos decidieron buscar otras alternativas en la que se sintieran más «libres» y no tuvieran detrás la censura o el tener que pagar por hacer cosas en ella.
Los retos a los que se enfrenta X
Como diseñador, sabes que el rebranding de una marca no debe tomarse a la ligera, ni mucho menos. Y es que es un cambio que puede aupar o hundir una marca (producto, servicio, etc.).
Cuando se elige un nombre, este no es tomado a la ligera, sino que se deben tener en cuenta varios factores como es la pronunciación y cultura donde vaya a operarse con él, problemas legales o de credibilidad e internacionalización.
En el caso del estilo, logo, etc. también hay otros factores que entrarían en juego.
Y en el momento en que todo lo anterior se elimina por completo y surge algo totalmente diferente, a priori, lo que va a generar es un rechazo total, porque a los usuarios no les gusta que le cambien las cosas. Ahora bien, ¿Elon Musk se equivoca?
Según los expertos en marcas y rebranding, la respuesta no es sencilla y, tal y como pasa con SEO, hablamos de un DEPENDE. Si ese cambio drástico lleva detrás una estrategia sólida que se alinee a largo plazo con la empresa y los usuarios, tarde o temprano se acabará por aceptar.
Un ejemplo lo tenemos en Meta, donde antes era conocido como Facebook; y aunque esta red social no ha cambiado de nombre, sí lo ha hecho la empresa que lo engloba.
Ahora bien, hasta que surta efecto esa estrategia, se enfrentan a varios problemas como son:
- Pérdidas financieras, en el sentido que las marcas, inversionistas y anunciantes pueden reducir el gasto que generan a la espera de si la red social seguirá atrayendo a los usuarios (y por tanto su gasto tendrá beneficio) o no.
- Caídas en bolsa. Desde que se avisó del cambio de Twitter las acciones en bolsa han caído, lo que hace que el valor de las acciones sea mucho menor y además al tener una menor cantidad de inversiones puede hundir a la empresa.
- Problemas de registro en algunos países. Sobre todo por las confusiones y connotaciones a contenido para adultos (por el uso de la X).
- Competencia. X no es una letra que se desconozca. En realidad son muchas las marcas que la han utilizado, desde Windows X a Xbox. Y los logos también están ahí. Con lo que la diferenciación que tenía antes ahora hace que sea similar a todas las demás marcas que usan una X en su logo. Es más, incluso alguno podría denunciarlo por su logo o marca.
Fallo en su comunicación. En el sentido de que por ahora nadie sabe las palabras que se van a utilizar: como tuitear, tweets, retweet…
¿Cómo se sabrá si X es un éxito o un fracaso?
Para empezar, deberás tener paciencia ya que para saber si una estrategia de rebranding de verdad funcionen habrás de pasar unos meses. Pero sí que hay algunos indicios que, si bien no se pueden tener en cuenta al principio (por el shock y repercusión), sí son importantes:
- El número de personas que siguen usando el nombre anterior. Es similar al ejemplo de Comtessa que te hemos dejado más arriba.
- Los comentarios de los usuarios. Ahora, con la noticia «en caliente», es habitual que las opiniones sean negativos, pero esto podría desaparecer con el tiempo.
- El uso de la plataforma. En el sentido de si tendrá muchas bajas o anulaciones de registros y por tanto el envío de mensajes baje o suba.
En general, la estrategia que deben llevar a cabo en X tendrá varios ejes de actuación: posicionarse (y mantenerse) en el mercado, conseguir nuevos usuarios, y fidelizar a los que quedan.
Solo con el tiempo podremos saber si la decisión de Elon Musk con cambiar a Twitter por X es acertada o no.